
Meteorología
La NASA y la Organización Meteorológica Mundial ponen fecha a la próxima ola de calor
Según las previsiones a medio plazo, se prevé que la mayor parte de Europa registre temperaturas muy superiores a la media.

Los expertos en meteorología y clima del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM), que trabajan en el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) y en las predicciones meteorológicas a medio plazo (3-15 días) para Europa, siguen de cerca la ola de calor que azota una amplia zona del continente, con valores muy superiores a la media para esta época del año. Esto produjo la pasada ola de calor. Y ahora alertan de una nueva para fin de la semana que viene.
Según las previsiones meteorológicas a medio plazo del CEMPMM, se prevé que la mayor parte de Europa registre temperaturas muy superiores a la media en los próximos días. La Organización Meteorológica Mundial afirma que julio suele ser el mes más cálido del año en el hemisferio norte.
Los pronósticos indican que, a finales de la semana que viene, Europa Occidental se enfrentará a un sistema de altas presiones que aumentará el riesgo de incendios forestales y provocará picos de contaminación atmosférica. Esto se suma a una grave sequía en algunos países europeos.
Los sistemas de alta presión responsables de este efecto no atrapan directamente el aire caliente, sino que crean condiciones que pueden provocar la acumulación de calor y causar un efecto de “domo térmico”. Cuando un sistema de alta presión permanece sobre una zona, el aire desciende y se comprime, calentándose debido al calentamiento adiabático, es decir, el aire se calienta al comprimirse, sin necesidad de una fuente de calor externa.

Este aire descendente actúa como una tapa, impidiendo que el aire caliente inferior ascienda y se disipe, lo que provoca una acumulación de calor y temperaturas potencialmente extremas.
Esta combinación de descenso, compresión y atrapamiento de aire puede provocar la formación de una cúpula de calor, un fenómeno meteorológico en el que una gran área de alta presión persiste sobre una región, atrapando aire caliente debajo y provocando temperaturas extremas.
El efecto será aún mayor en las ciudades y esto se debe a que las zonas urbanas tienden a ser más cálidas que las zonas rurales circundantes debido al “efecto isla de calor urbana”. Este fenómeno se produce porque las ciudades absorben y retienen más radiación solar que las zonas rurales, lo que provoca temperaturas más altas, especialmente durante la noche.
Por ejemplo, los edificios, las carreteras y otras infraestructuras en las zonas urbanas suelen estar hechos de materiales como el asfalto y el hormigón, que absorben una cantidad significativa de radiación solar durante el día. Este calor almacenado se libera lentamente al aire circundante, incluso de noche, lo que contribuye al aumento de las temperaturas.
A esto hay que sumarle la vegetación, que desempeña un papel crucial en el enfriamiento del ambiente mediante la evapotranspiración, el proceso mediante el cual las plantas liberan vapor de agua al aire. Las zonas urbanas suelen tener menos vegetación que las rurales, lo que reduce el efecto refrescante de la evapotranspiración.
Los edificios altos y las calles estrechas de las ciudades también contribuyen al dificultar la circulación natural del aire e impedir la disipación del calor. Y finalmente tenemos la contaminación atmosférica procedente de vehículos y otras fuentes que atrapan la radiación solar y agravar aún más el efecto del calentamiento en las zonas urbanas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar