Medicina
Por primera vez ingresan en el útero para operar el cerebro de un feto
La intervención, realizada a las 34 semanas de embarazo evitó una malformación conocida como vena de Galeno.
La malformación de la vena de Galeno (VOGM por sus siglas en inglés) es una afección prenatal rara en la que las arterias que llevan una cantidad de sangre mayor a la habitual y a una presión elevada desde el corazón al cerebro. Debido a los cambios en la fisiología vascular del bebé durante y después del proceso de nacimiento, el alto flujo de la malformación tiene un efecto aún más grave en el corazón y el cerebro después del nacimiento, ejerciendo una enorme presión sobre el corazón y los pulmones del recién nacido. Esto puede provocar hipertensión pulmonar, insuficiencia cardíaca u otras afecciones potencialmente mortales. La VOGM a menudo se detecta por primera vez en una ecografía prenatal y se diagnostica definitivamente mediante resonancia magnética durante el segundo o tercer trimestre del embarazo. Una solución sería la intevención del feto en el útero.
Se estima que la VOGM, la malformación cerebral vascular congénita más común, ocurre en uno de cada 60.000 nacimientos. El estándar de atención actual para la VOGM es el tratamiento después del nacimiento con embolización, un procedimiento basado en un catéter para cerrar las conexiones directas de la arteria a la vena en la malformación y bloquear el exceso de flujo de sangre al cerebro y al corazón. Sin embargo, el proceso es de alto riesgo y no siempre logra revertir la insuficiencia cardíaca. Además, es posible que ya se haya producido un daño cerebral grave, lo que puede provocar discapacidades cognitivas de por vida y condiciones potencialmente mortales para el bebé.
Ahora, por primera vez, un equipo de científicos han llevado a cabo con éxito una cirugía en el útero para tratar esta malformación. Los resultados se han publicado en Stroke. Los autores, liderados por Darren B. Orbach, realizaron la embolización en el útero en un feto con VOGM a las 34 semanas y 2 días de edad gestacional. La intervención forma parte de un ensayo que está en marcha en el Hospital Infantil de Boston y se llevó a cabo con la supervisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA).
Debido a la ruptura prematura de membranas durante la embolización intrauterina, el bebé nació por parto vaginal dos días después de la intervención. La ecocardiografía después del nacimiento mostró una normalización progresiva. De hecho el recién nacido no requirió ningún soporte cardiovascular ni cirugía luego del tratamiento en el útero y fue observado durante varias semanas después del nacimiento debido a su prematuridad. Durante ese tiempo, el recién nacido tuvo un examen neurológico normal y no mostró accidentes cerebrovasculares, acumulación de líquido ni hemorragia en la resonancia magnética cerebral.
“En nuestro ensayo clínico – afirma Orbach en un comunicado –, estamos utilizando la embolización transuterina guiada por ecografía para tratar la malformación de la vena de Galeno antes del nacimiento y nos emocionó ver que el declive que generalmente se observa después del nacimiento simplemente no apareció. Nos complace informar que a las seis semanas, el bebé progresa notablemente bien, no toma medicamentos, come normalmente, aumenta de peso y ha regresado a su casa. No hay signos de ningún efecto negativo en el cerebro. Si bien este es solo nuestro primer paciente tratado y es vital que continuemos el ensayo para evaluar la seguridad y la eficacia en otros pacientes, este enfoque tiene el potencial de marcar un cambio de paradigma. Este es un trabajo pionero que se está haciendo de una manera muy cuidadosa y responsable”.
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