Animales
¿Pueden las palomas competir con la inteligencia artificial?
Un estudio de la Universidad de Iowa compara el método de aprendizaje de estas aves con el de la inteligencia artificial
Su población se cuenta por millones y nos acompañan en la ajetreada vida que ocurre en las ciudades. Palomas y otras columbiformes no son ni de lejos las aves más inteligentes de las que tenemos constancia, pero aún así, su capacidad de adaptación al cambio es asombrosa.Estas aves conquistaron y habitan prácticamente todo el mundo desde su aparición en el Cretácico y, durante la última era, han acompañado a la humanidad, proporcionándole alimento y ayudándole a comunicarse desde los tiempos antiguos hasta hace relativamente poco.
Cómo aprenden las palomas
De vez en cuando aparecen estudios en los que se ha enseñado a palomas a realizar tareas complejas que se alejan mucho de lo que necesitan para sobrevivir en libertad. Por poner un ejemplo, esta misma universidad realizó un experimento en el que involucraron palomas y salud. En ese estudio, llevado a cabo en 2015, entrenaron palomas para reconocer tumores en mamografías y consiguieron que acertaran en un 99% de las ocasiones.El mecanismo utilizaba cámaras de condicionamiento operante, esto quiere decir, que se premiaba a las aves cuando daban con las respuestas que buscaban los investigadores. Las cámaras contaban con una pantalla en la que se mostraban muestras de tejidos con tumores y, cuando las palomas tocaban con el pico el lugar de la pantalla donde se encontraba el tumor, un mecanismo les dispensaba comida.
Básicamente el aprendizaje de la paloma consiste en ser muy cabezota y desear su premio más que nada. Al principio el animal no comprende qué ha de hacer y acertará muy pocas veces, pero a base de prueba y error irá encaminando sus respuestas hacia las que los investigadores consideran las correctas.Esto se traduce en que su tasa de aciertos aumentará poco a poco hasta convertirse en toda una experta en reconocer los patrones que llevan a las respuestas correctas. Lo curioso del estudio es que se pueden ver similitudes claras entre este mecanismo de aprendizaje y el que emplea la inteligencia artificial.
La paloma y la máquina
Al final, una inteligencia artificial es un programa informático que es capaz de reconocer patrones. Para poder utilizarlos con ese fin, los modelos han de entrenarse a partir de los miles o millones de datos que les proporcionan los ingenieros y, a partir de ahí, deben extraer la información que consideran más relevante.Ahora bien, los ordenadores poseen una memoria y capacidad de computación muy superior al del cerebro de una paloma gracias a los avances tecnológicos de los últimos años y así lo han demostrado con las herramientas que han surgido para procesar imágenes o texto.
Como explica Ed Wasserman, catedrático de Psicología Experimental en el Departamento de Psicología y Ciencias del Cerebro de Iowa y autor del estudio. “[La Inteligencia artificial] Puede ganar a la gente jugando al ajedrez o a cualquier videojuego. Puede ganarnos en todo tipo de cosas. ¿Cómo lo consigue? ¿Es inteligente? No, utiliza el mismo sistema o un sistema equivalente al que utiliza la paloma”.
¿Cómo se aprende?
Primero hay que diferenciar dos tipos de aprendizaje: el asociativo y el declarativo. El aprendizaje asociativo es el que permite establecer conexiones entre objetos y patrones, como fuego-quema, o en el caso del experimento anterior, “toco la pantalla ahí, cae comida”. El aprendizaje declarativo es un poco más complejo, es el que se crea, por ejemplo, cuando alguien lee las reglas de un juego y, sin haberse enfrentado a él antes, el resto de la mesa puede comprender el mecanismo y jugar. Este tipo de aprendizaje se atribuye sobre todo a las personas o a otros animales que muestran cierto tipo de lenguaje como delfines y chimpancés.
Para ver hasta dónde llegaba el aprendizaje asociativo de la paloma se les enfrentó ante una prueba muy exigente. A cada paloma de prueba se le mostraba un estímulo y tenía que decidir, picoteando un botón a la derecha o a la izquierda, a qué categoría pertenecía ese estímulo. Si la respuesta era correcta, se obtenía un premio; si era incorrecta, no se obtenía nada. Sin embargo, ninguna regla o lógica les ayudaría a descifrar cuál era la correcta, ya que todos los estímulos eran diferentes del anterior.
Tras de cientos de pruebas, la tasa de aciertos de las palomas aumentó hasta el 68%, lo que muestra el poder del aprendizaje asociativo para resolver tareas complejas que supondrían un problema a los animales que se basan en reglas para el aprendizaje. Según palabras de Wasserman, si las personas tuvieran que hacer la misma prueba obtendrían una puntuación baja y probablemente se rendirían.
QUE NO TE LA CUELEN
- Las palomas se han utilizado históricamente en psicología para observar los resultados del condicionamiento operante, y también son útiles para mostrar cómo se crean conductas de adición al juego.
REFERENCIAS (MLA)
- Levenson, Richard M., et al. “Pigeons (Columba Livia) as Trainable Observers of Pathology and Radiology Breast Cancer Images.” PLOS ONE, vol. 10, no. 11, 2015, https://doi.org/10.1371/journal.pone.0141357.
- [[LINK:EXTERNO|||https://doi.org/10.1007/978-3-540-29678-2_1399|||“Declarative Learning.” Encyclopedia of Neuroscience, pp. 931–931., https://doi.org/10.1007/978-3-540-29678-2_1399.]]
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