Salud mental
Un estudio establece un vínculo entre la soledad y la posibilidad de padecer Parkinson
A lo largo de 15 años se realizó un seguimiento sobre casi medio millón de personas para llegar a esta conclusión.
La soledad, definida como "un sentimiento subjetivo angustioso que surge de la discrepancia entre las relaciones sociales deseadas y percibidas", se caracteriza por una mayor vulnerabilidad emocional, hipervigilancia y cognición perseverativa. También se ha asociado con afecciones neurológicas, como la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas. Sin embargo, hasta hace poco, no existía evidencia que vinculara a aquellos que manifestaban soledad con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Un nuevo estudio, demuestra que sí existe esta relación.
El objetivo de los autores, científicos de la Universidad de Florida y de la Universidad de Montpellier, era evaluar si la soledad está asociada con el riesgo de sufrir Parkinson y si este vínculo es independiente de otros factores de riesgo o está modificada por la edad, el sexo y la vulnerabilidad genética.
Para el análisis contaron con datos del Biobanco del Reino Unido, un banco de información sanitaria con más de medio millón de participantes de entre 38 y 73 años, con datos de soledad y sin un diagnóstico inicial de Parkinson que fueron evaluados por primera vez el 13 de marzo de 2006 y tuvieron un seguimiento hasta el 9 de octubre de 2021.
Tras descartarse algunos que no querían participar del análisis y otros que no comprendían la sensación de soledad, el estudio, publicado en JAMA, realizó un seguimiento sobre 491.603 participantes (el 54% mujeres y todos con una edad promedio de 56 años) a lo largo 15 años. Los resultados mostraron que la soledad se asocia significativamente con un mayor riesgo de incidente de enfermedad de Parkinson, independientemente de factores demográficos y socioeconómicos, aislamiento social, riesgo genético y salud física y mental. Dependiendo de las costumbres (fumadores, sedentarios y otras variables) el riesgo pasaba de un 30% más probable a un 15% si tenían rutinas más saludables.
“Este estudio - señalan los autores - suma evidencia sobre el impacto perjudicial de la soledad para la salud y respalda los recientes reclamos a favor de los efectos protectores y curativos de una conexión social personalmente significativa.
Los autores también destacan que no hubo asociación entre la soledad, el Parkinson y el sexo de los participantes, aunque hubo más hombres que mujeres que señalaron sentirse solos.
“Este gran estudio – concluyen los autores – descubrió que la soledad estaba asociada con el riesgo de incidente de Parkinson en todos los grupos demográficos e independientemente de la depresión y otros factores de riesgo prominentes y el riesgo genético. Los hallazgos se suman a la evidencia de que la soledad es un determinante psicosocial sustancial de la salud”.
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