El Botànic pide una desescalada lenta y la oposición pide ayudas y una apertura paulatina

Los grupos del Botànic coinciden en que la desescalada de la tercera ola ha de ser tranquila, “muy lenta” incluso en palabras de Podem y con todas las precauciones “para evitar los contactos de la gente y la movilidad”, según Compromís.

Los grupos de la Cámara se han referido a la situación de la pandemia y las medidas que se irán adoptando según evoluciones, antes de la reunión de la Junta de Síndics.

La portavoz de Podem, Pilar Lima, ha dicho que “nadie quiere una cuarta ola” y que la experiencia de un año gestionando la pandemia “nos ha enseñado que la desescalada debe realizarse con máxima prudencia”. Ha dicho que el proceso de vacunación ha de ser un prioridad: “nos preocupa el retraso en el envío de la vacuna de Moderna”. Ha pedido que las cosas se hagan bien “y la desescalada muy lenta”.

En un sentido similar se ha pronunciado el síndico de Compromís, Fran Ferri , que ha pedido que “las decisiones de desescalada que se tomen vengan avaladas por un criterio científico, para evitar un a cuarta ola o aquello que pueda venir de un desescalada muy rápida”. Ferri plantea que la desescalada ha de ser con tranquilidad y tomando todas las precauciones “para evitar los contactos directos y la movilidad de la gente, y a partir de ahí ver en qué podemos ir avanzando”.

Según Compromís, las medidas restrictivas han hecho bajar la curva “pero aún estamos en una situación de mucha gravedad, según los semáforos europeos, y no es momento de tomar decisiones que nos puedan llevar a una cuarta ola”. Ferri ha reivindicado un Fondo Covid que no lo ha habido para la segunda ola ni para la tercera y espera que el Gobierno central reparta ayudas entre los sectores afectados como hostelería o gimnasios, al igual que se hizo en la primera ola-

El síndico del PSOE, Manuel Mata ha pedido “no entrar en falso debates entre salud y economía”. Para el portavoz socialista no hay un sector criminalizado, “pero hay una evidencia, si los comercios cierran muy pronto y los bares están cerrados, la gente está en su casa, si además sabemos que no puede hacer reuniones en casa, y por la calle máximo dos personas pues frenamos la trasmisión como la estamos frenando”.

Mata ha reconocido el “esfuerzo tremendo de la hostelería para frenar la expansión, pero son elementos que favorecen y generalizan la sociabilidad” y ha añadido que “hay que volcarse en darles ayudas”.

Ha concluido que “o la desescalada es tranquila, pausada, razonable y meditada, y asesorada por los técnicos o volveremos a estar en una situación complicadísima”.

Por parte del PP, Eva Ortiz ha pedido que se reúna a los portavoces parlamentarios para tener datos concretos y evolución de estos datos. Además, ha pedido “ayudas en vena” y ha dicho que a los autónomos no les ha legado aún las ayudas, pero ya les están cobrando impuesto. Ortiz ha pedido a Puig que “no tenga alergia” a convocar a los grupos de la oposición y le ha recordado que la última reunión de Puig con la presidenta del PP, Isabel Bonig, fue a petición de Bonig”.

Desde Ciudadanos, Ruth Merino ha explicado que “hay que llegar a un equilibrio, para no tomar decisiones tan precipitadas como las últimas restricciones” y ha dicho que “no somos partidarios de cerrarlo todo, en todas partes, a cal y canto y a todas horas, creemos que se podría haber hecho mejor, más trabajado, más estudiado y valorando la incidencia en los distintos sitios”.

Merino ha dicho que “dado que la incidencia está bajando, hay que tener en cuenta que esta gente (los hosteleros) necesita trabajar y en caso de mantenerlos cerrados, hay que darle ayudas”. Para Ciudadanos, los hosteleros “no son los culpables de la expansión del virus, son un parte como cualquier otra, pero se han cenrtrados las medidas en el cierre de este sector”.

Por su parte, Ana Vega, de Vox, ha pedido que se considere la reapertura de los locales de hostelería a los que se ha criminalizado en esta tercera ola.