La Opinión

¿De qué pasta están hechos los políticos?

Los acontecimientos de los últimos días en la política española deberían avergonzar a sus protagonistas, especialmente a sus inspiradores

Los acontecimientos de los últimos días en la política española deberían avergonzar a sus protagonistas, especialmente a sus inspiradores, Pedro Sánchez e Inés Arrimadas, quienes han convertido, el esperpento «valleinclaniano» en realidad. Si el autor de «Luces de Bohemia» presentaba una visión deformada y grotesca del panorama público español, ellos la han protagonizado con una interpretación vergonzante.

El indecente plan de la moción de censura al presidente de Murcia, el popular Fernando López Miras, urdido por los líderes del PSOE y Cs, no hizo otra cosa que promover los más bajos instintos, con razón o sin ella, de los personajes que componen el escenario político. El PP tuvo que emplearse a fondo para convencer, si no comprar, a tres parlamentarios naranjas, provocar la reacción instantánea de la convocatoria electoral de Isabel Díaz Ayuso, incitar a la prevaricación a la Mesa de la Asamblea de Madrid, impulsar a un vicepresidente segundo del Gobierno a exhibir su narcisismo mesiánico y a retirar de la vida pública a gente valiosa como Toni Cantó. Y, como dice mi amigo Rogelio, esto no ha acabado. Entre todos, han dado la razón al diputado andaluz Fran Carrillo, que afirmó dirigiéndose a sus señorías: «Estoy hasta los cojones de todos nosotros», citando al presidente de la I República, Estanislao Figueras. «Siento vergüenza de pertenecer a la clase política» añadió.

¿De qué pasta están hechos? Cuando España padece una pandemia, con decenas de miles de muertos, con duras restricciones, ellos se dedican a hablar de mociones de censura, adelantos electorales, conchabeos y compra de voluntades. Como sugería con sus obras don Ramón, nuestros políticos nos están convirtiendo en una deformación grotesca de Europa. Así es la vida.