Delito sexual
Condenan a cinco años y medio de prisión a un padre que abusó de su hija desde los 6 a los 12 años
La menor tuvo que ser ingresada por sufrir ataques de ansiedad por los tocamientos diarios de su progenitor
Un hombre de 52 años ha sido condenado por la Audiencia de Alicante a cinco años y medio de prisión por abusar sexualmente de su propia hija, desde que ésta tuvo seis años y hasta los doce.
La sentencia dictada por un tribunal de la Sección Tercera concreta que los abusos se mantuvieron entre 2008 a 2014, cuando la víctima alcanzó la pubertad.
Los episodios de abusos, en forma de tocamientos de los genitales de la menor, se produjeron en el domicilio familiar, en el que el acusado y su hija convivían junto a la madre de la menor y otros dos hijos menores.
La sentencia detalla que esos tocamientos se produjeron “de forma sistemática, prácticamente a diario”,en los momentos en los que la menor se encontraba sola, “tumbada en la cama de alguno de los dormitorios de la vivienda, lo cual generalmente coincidía con el momento de la siesta o tras la cena”.
El tribunal considera probado que, en esos momentos y prevaliéndose de su relación paterno filial y “movido por sus más primitivos y deplorables instintos lúbricos”, el padre se tumbaba junto a la menor, se tapaba con las sábanas para no ser descubierto, y deslizaba su mano por debajo de la ropa interior de su hija para palparle los pechos y los genitales.
Esos tocamientos continuaban hasta que algún otro miembro de la familia accedía al dormitorio. La menor, por su parte, no se resistía “al quedarse paralizada por el estupor y el miedo que le provocaba la situación”, sin atreverse a oponerse a los actos de su padre, más allá de intentar girarse para que no la alcanzara.
La sentencia detalla, además, que la menor comenzó a sufrir ataques de ansiedad como consecuencia de esos abusos tras adquirir conciencia de su naturaleza sexual, hasta el punto de requerir el ingreso hospitalario en al menos dos ocasiones.
Finalmente, la víctima se atrevió a confesar los hechos a su madre, que presentó denuncia contra el acusado en dependencias de la Guardia Civil de Calpe: el último municipio al que la familia se había trasladado hasta entonces.
El acusado negó los hechos durante el juicio, entre el 20 y el 21 de diciembre, pero el tribunal confiere credibilidad al relato de la víctima, que ahora ya ha superado la mayoría de edad.
En su declaración, la hija aseguró que, al principio, ella percibía los tocamientos como una rutina y sin saber que estaba mal, aunque explicó que “comenzó a darse cuenta de que no era normal cuando, en sexto de primaria, le pusieron en el colegio vídeos sobre violencia de género y educación sexual”.
En esta línea, dijo que, en primer lugar, explicó lo que sucedía a una amiga de mayor edad, quien le animó a contar lo que le pasaba a algún adulto de su confianza, lo cual hizo que acabara confesando a su madre, después de sufrir uno de los episodios de ansiedad.
La sentencia impone al acusado la pena de cinco años y medio de privación de libertad como autor de un delito continuado de abuso sexual y añade otros seis años de libertad vigilada, así como una indemnización de 15.000 euros a su hija.
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