Dana
Alfafar Parc no despega pese a la apertura de las grandes tiendas
La recuperación es muy lenta y las grandes superficies reabiertas notan un descenso del gasto en el ticket medio
La zona comercial denominada genéricamente Alfafar Parc, una de las más grandes de España y uno de los espacios comerciales más antiguos de Valencia no acaba de levantar cabeza pese a la reapertura de las grandes superficies, aquellas firmas multinacionales con mayor músculo financiero, que han comenzado a reabrir sus puertas hace apenas unos días, casi seis meses después de la dana del pasado 29 de octubre.
Grandes tiendas como Decathlon, Media Mark, Bauhaus o el propio Carrefour han conseguido reabrir sus establecimientos pero siguen sin hacerlo muchos otros.
Antonio Martí, presidente del centro comercial MN4, advierte que «todo es muy lento» y aunque reconoce que ya han abierto algunas tiendas, «otras muchas siguen cerradas, como el Lidl, el hotel Ibis, el McDonalds... y no hay la alegría que había antes».
Ellos están intentando por todos los medios abrir ante de verano. De momento, en el complejo del MN4 prevé abrir el gimnasio este mes y porque tiene acceso desde la calle. El centro comercial tiene intactas las tiendas de la planta 1 y 2 adonde no llegó el agua. Pero todo el aparataje estaba en el segundo sótano, con lo cual ahora mismo la electricidad solo se ha recuperado al 75 por ciento, no funciona la climatización porque el sistema de impulsión de agua del algive también estaba en el pozo, ni el sistema antiincendios, por lo que no se puede abrir todavía. Además, los aparatos están destrozados después de meses con lodo, «por lo que dependemos también del periodo de fabricación de las piezas de recambio». Obviamente, tampoco funcionan ni los ascensores ni los montacargas ni las escaleras mecánicas.
La dirección del MN4 decidió suspender el pago de los alquileres desde el mes de noviembre por lo que está afrontando las reparaciones «a pulmón» y echando mano de préstamos.
Antonio Martí se ríe de las ayudas y de la cacareada recuperación: «Aquí solo han llegado 8.900 euros de ayuda. Y tampoco ha llegado aún lo del consorcio, aunque eso lo entiendo porque cuando vino el perito nos dijo ‘no sé por dónde empezar’».
Mientras, la dirección del MN4 intenta conseguir clientes nuevos que sustituyan a los que han tirado la toalla: «hemos incorporado ya tres restaurantes nuevos».
Martí desconfía de la reactivación: «qué reactivación económica va a haber si nuestro clientes son vecinos de la zona. El ocio es lo primero que se minimiza». Y explica que las grandes superficies que han reabierto han detectado una disminución del gasto en el ticket medio de la compra».
También se queja de que la zona sigue sucia. «El sábado pasado aún limpiaron uno de los accesos principales que aún tenía barro».
Y lo que más le indigna «es ver a la clase política peleándose como si fuera el patio de un colegio. ¿Podéis dedicaros a trabajar y reactivar esto?», les dice.
Y aun así matiza que «nosotros somos unos privilegiados porque somos comercio, pero vas a los pueblos y siguen destrozados, a lo mejor no la calle principal, pero si las menos céntricas, y hay edificios donde siguen sin funcionar los ascensores y hay abuelos que llevan seis meses sin poder bajar a la calle».
Martí centra sus esfuerzo en poder reabrir antes de este verano y aprovechar así la campaña estival. En la zona trabajan más de mil trabajadores que necesitan volver a la actividad para comenzar a olvidar la pesadilla. Porque aunque la apertura de las grandes superficies ha sido una fiesta, cuando se apagan la velas reaparece la realidad de una zona devastada que tardará años en ser lo que era.