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Salud

El cáncer de mama: hacia una medicina que da más esperanza de vida

La prevención constituye una parte esencial del abordaje integral del cáncer de mama, la participación en los programas de cribado permite identificar tumores en fases iniciales

El cáncer de mama: hacia una medicina que da más esperanza de vida IVO

Según las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), en 2025 se diagnosticarán en España más de 37.000 nuevos casos de cáncer de mama, lo que lo consolida como el tumor más frecuente en el mundo entre las mujeres, superando por primera vez al cáncer de pulmón.

Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, analizamos junto a expertos del Instituto Valenciano de Oncología (IVO) las claves en prevención, los últimos avances en tratamientos y las líneas de investigación más prometedoras frente a una enfermedad que, pese a su creciente incidencia, ha logrado duplicar las tasas de supervivencia en las últimas décadas.

En los últimos treinta años, la tasa de cáncer de mama ha mostrado un incremento constante, con un aumento anual del 2-3%, incluso entre mujeres menores de 45 años, aunque la mayor prevalencia sigue registrándose entre los 45 y 65 años. Según explica el doctor Joaquín Gavilá, jefe del Servicio de Oncología Médica del IVO, este incremento responde a factores como el envejecimiento de la población, los cambios en los estilos de vida y los patrones reproductivos, así como al uso prolongado de la terapia hormonal sustitutiva en mujeres posmenopáusicas.

La doctora Cristina Hernando, médica adjunta del Servicio de Oncología Médica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), explica que la prevención en el caso del cáncer de mama es el mejor tratamiento.

La llamada prevención primaria busca reducir el riesgo de aparición de la enfermedad mediante la promoción de hábitos de vida saludables que favorezcan el equilibrio metabólico y hormonal. Por su parte, la prevención secundaria se centra en la detección precoz, fundamental para mejorar el pronóstico y la eficacia de los tratamientos. La participación en los programas de cribado mamográfico permite identificar tumores en fases iniciales, cuando las opciones terapéuticas son más conservadoras y los resultados más favorables.

Por su parte, el doctor Salvador Blanch, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del IVO, explica que el tratamiento del cáncer de mama se apoya en tres pilares fundamentales: la cirugía, la radioterapia y la oncología médica. «Hemos pasado de técnicas agresivas, como la mastectomía o el vaciamiento axilar, a procedimientos mucho más conservadores, como la cirugía parcial y la técnica del ganglio centinela».

Los tratamientos radioterápicos, que antes podían prolongarse durante semanas, se han reducido a ciclos de pocos días, manteniendo la misma eficacia, pero con menor toxicidad.

Desde el punto de vista de la oncología médica, los avances han sido igualmente significativos. La clasificación molecular del cáncer de mama está formada por tres grandes grupos: hormonal, triple negativo y HER2 positivo, ha permitido desarrollar terapias dirigidas específicas para cada subtipo. Además, la aplicación de test genómicos en determinados casos posibilita evitar la quimioterapia en hasta un 40% de las pacientes, seleccionando el tratamiento más adecuado y reduciendo efectos secundarios innecesarios. «Cada caso debe estudiarse de forma individualizada».

El presente y el futuro del tratamiento del cáncer de mama son «muy prometedores». La incorporación de terapias biológicas y de fármacos diseñados para actuar sobre alteraciones genéticas concretas permite un abordaje cada vez más personalizado.

Entre los avances más destacados se encuentran los tratamientos dirigidos a tumores HER2 positivos, la inmunoterapia en el cáncer de mama triple negativo y nuevos agentes como «alpelisib», indicado para el 40% de los tumores hormonales que presentan mutaciones en el gen PI3K.

Asimismo, la identificación de mutaciones en el gen ESR1 permite seleccionar a las pacientes con resistencia a terapias hormonales convencionales, como los inhibidores de la aromatasa, y tratarlas con nuevos fármacos SERDs, capaces de revertir dicha resistencia. El presente y el futuro del tratamiento del cáncer de mama son, según el doctor Blanch, «muy prometedores».

Entre los avances más destacados se encuentran los tratamientos dirigidos a tumores HER2 positivos, la inmunoterapia en el cáncer de mama triple negativo y nuevos agentes como alpelisib, indicado para el 40% de los tumores hormonales que presentan mutaciones en el gen PI3K.

La identificación de mutaciones en el gen ESR1 permite seleccionar a las pacientes con resistencia a terapias hormonales convencionales, como los inhibidores de la aromatasa, y tratarlas con nuevos fármacos SERDs, capaces de revertir dicha resistencia.

Como confirma la doctora Lucía Morales, médica adjunta del Servicio de Oncología Médica del IVO, la gran mayoría de los casos de cáncer de mama son esporádicos, es decir, no tienen un componente hereditario. Sin embargo, las unidades de consejo genético desempeñan un papel esencial en la identificación de los casos familiares o hereditarios, que requieren un abordaje específico. En esta unidad, se obtiene el consentimiento informado y clasifica el caso según el nivel de riesgo. En función de ello, se realiza un análisis genético a partir de una muestra de sangre, que se envía a un laboratorio de referencia. Una vez obtenido el resultado, se procede a aplicar medidas preventivas o terapéuticas.