Es, quizás, una de las rarezas del audiovisual valenciano más singulares. Se trata de una película muda, rodada hace un siglo por un actor que tenía un sueño, filmar esa historia en una pequeña localidad valenciana, y además, cuenta una historia trágica con unos medios rudimentarios y que, sin embargo, ha quedado para la posteridad.

Hablamos de «Castigo de Dios», un filme de 1925 que, ahora en su primer siglo de existencia, se ha reivindicado para volver a proyectarse y darse a conocer entre el público.

Según cuentan desde la Filmoteca Valenciana, una entidad cuyo archivo fílmico ha coordinado los trabajos para la preservación digital de los negativos originales en nitrato de la película, lo que asegura la pervivencia a largo plazo de estos materiales, esta película fue «el fruto del empeño personal de Hipólito Negre, un actor valenciano de teatro retirado en Faura, quien logró que su socia en la explotación del cine local financiara el rodaje de este drama rural escrito por él mismo». «Fue rodada en su pueblo natal, Lucena del Cid, y en Valencia, y contó con la colaboración de los vecinos del pueblo y de algunos personajes populares en distintas comarcas valencianas», añaden desde la Filmoteca.

Entre las particularidades de esta cinta, que este fin de semana se ha proyectado, precisamente, en Lucena del Cid con motivo del aniversario, es que el único técnico con experiencia para la filmación era el operador José Gaspar, que se encontraba en aquellos momentos en Valencia colaborando con Maximiliano Thous. «Se trata de una producción insólita, de carácter artesanal y semiprofesional, realizada totalmente al margen de la industria cinematográfica y dirigida principalmente a públicos rurales», defienden los expertos.

Restaurada en soporte fotoquímico en 1989 en colaboración con Filmoteca Española, fue el primer largometraje que restauró el archivo fílmico de la Filmoteca Valenciana tras su creación. Los trabajos fueron dirigidos por el prestigioso director de fotografía Juan Mariné, recientemente fallecido. Cabe destacar que la película fue localizada en la localidad de Faura y se hallaba en muy mal estado de conservación en el momento de su descubrimiento.

¿De qué va la cinta?

Su argumento mantiene una historia típica del drama rural en boga en aquellos años en el cine español: un cacique (Rómulo) enriquecido de manera poco honrada, decide secundar las pretensiones amorosas de su hijo (Antón) que, con malas artes, quiere casarse con la hija del alcalde (María). Ésta, enamorada del criado del cacique (Pablo), se opone reiteradamente a esos deseos. La intervención del cura del pueblo, que recuerda a Rómulo su turbio pasado, soluciona el conflicto entre ambos pretendientes. El día de la boda entre los enamorados, el cacique, trastornado, irrumpe y acaba matando accidentalmente a su propio hijo. De esa forma Pablo y María pueden estar juntos y el cacique recibe el «castigo de Dios».