Dana
Los expertos esquivan la bronca política e insisten en ejecutar obras duras en la zona cero de la dana
El PSPV escenifica su rechazo a la comisión de la dana en Les Corts atacando a un compareciente al que le acusó de usurpar el puesto a otro técnico
La primera sesión de la Comisión de Investigación de la dana evidenció, una vez más, que los partidos políticos persiguen sus propios objetivos en esta cuestión. La intervención de los tres expertos citados en la sesión de la mañana fue suficiente para comprobar que el bloque de la derecha busca toda la información posible que pueda señalar al Gobierno central como responsable de la tragedia, básicamente por haber paralizado durante los últimos ocho años infraestructuras que podrían haber salvado vidas, mientras que la izquierda sigue apuntando a la falta de capacidad de la Generalitat valenciana.
PSPV y Compromís criticaron que la comisión no comenzase escuchando a las víctimas y restaron valor a los testimonios que se iban a escuchar ayer pues ya habían sido citado en otros foros. Pero si algún partido quiso evidenciar su rechazo a los comparecientes fue sin duda el síndic socialista José Muñoz, quien preguntó a Gómez- Perreta, arquitecto urbanista, si era ingeniero o se dedicaba a "otras cosas".
Muñoz leyó varios fragmentos de un artículo que llevaba por título "Sánchez y la izquierda miserable" con la intención de que quedase como si estuviese "usurpando" un lugar en la comisión a una persona que sí fuera realmente experta en la materia.
Gómez- Perreta lamentó el señalamiento pero continuó respondiendo a todas las preguntas incidiendo, como el resto de ponentes, en que es imprescindible acometer infraestructuras que permitan reducir los efectos de las lluvias torrenciales en las poblaciones que quedaron devastadas por la dana. Para ello, considera imprescindible la construcción de una presa en el entorno de Cheste y otra en Vilarmarxant, dos proyectos que quedaron desechados hace décadas y Vox apoya.
Entre los motivos que pudieron llevar dejar aparcadas estas infraestructuras, Federico Bonet, exdecano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en la Comunitat Valenciana, lamentó que España pasó de ser una "potencia" en este tipo de actuaciones durante el siglo pasado a no hacer ninguna durante los últimos 20 años. "Hubo un cambio de mentalidad con el que una parte de la sociedad entiende que el hormigón y las obras hidráulicas es algo muy feo, que la naturaleza es amable y hay que ser amable con ella. Pero los problemas siguen siendo los mismos".
El experto advirtió además que hay que "redimensionar" las obras hidráulicas necesarias teniendo en cuenta que el cambio climático provoca inundaciones más intensas y una mayor sequía.
En materia de prevención considera inaudito que los miembros del Cecopi no se conozcan y que se comuniquen a través de correos electrónicos. "En una entidad que se ocupa de una emergencia no se puede estar mirándose unos a otros por encima del hombro, a ver si le puedo o no pillar en falta, tratar de esconder información".
Más cauto fue en este sentido el primer ponente del día, Javier Machí, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Comunitat Valenciana, quien no quiso valorar los protocolos de Emergencia y se centró en asegurar que es "evidente" que las obras previstas hubiesen evitado parte de la catástrofe.
Machí explicó que la crisis de 2008 tuvo un gran efecto en el sector de la ingeniería y la obra pública, pues se paralizaron "el 90% de las inversiones públicas en toda España y entre 2011 y 2012 muchas empresas de ingeniería cerraron, exportando talento al exterior".
Sin embargo, el decano puso en valor que algunas de las menciones para poder frenar las obras, como la ley de la Huerta, no eran del todo incompatibles con las obras, y aludió a una falta de interés político para hacerlas. "No haberse hecho es falta de voluntad de hacerlo, porque no había ningún motivo. Si la persona que está al otro lado ve que es necesario para salvar vidas, da la solución y se hace".
Si no, te acaban pidiendo que hagas un informe de paisaje y empiezan a poner pegas, que es algo que continuamente vemos en ingeniería por parte de las administraciones, unas porque no quieren hacer la obra y otras porque piensan que no sirven para para nada», lamentó el ingeniero, que pidió cohesión para ello.