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Solidaridad

La Fundación Vicente Ferrer participa en la rehabilitación de 17 escuelas tras la dana

Recuerdan que ocho centro requieren una reconstrucción total y lanzan una campaña ciudadana

El 80 por ciento de las familias ha detectado en sus hijas e hijos secuelas emocionales Jorge GilEUROPAPRESS

La Fundación Vicente Ferrer ha participado en la rehabilitación de 17 centros educativas que resultaron gravemente afectados por la dana y ha recordado que, a pocos meses del inicio del nuevo curso, "ocho centros siguen pendientes de una reconstrucción total" por lo que ha lanzado una campaña para invitar a la ciudadanía a colaborar.

Mientras tanto, han señalado desde la Fundación, "las escuelas trabajan a contrarreloj para recuperar aulas, patios y comedores, y evitar que se repita un año marcado por la precariedad educativa".

En este contexto, la Fundación Vicente Ferrer (FVF) está actuando en 17 centros educativos de 10 municipios –entre ellos Catarroja, Paiporta, Sedaví y Massanassa– para garantizar que más de 4.000 estudiantes, 250 docentes y 6.600 familias puedan iniciar el nuevo curso en condiciones dignas y seguras.

La intervención forma parte de una estrategia integral de recuperación que abarca también la atención psicosocial y el fortalecimiento del tejido comunitario.

Para la entidad, esta "emergencia educativa" está "invisibilizada". La titular de la cooperativa del Colegio Larrodé, en Catarroja, María Muñoz, ha asegurado en este sentido que "cuando regresamos al centro tras la dana no había mesas, ni sillas, ni puertas. No había nada”.

“Y ahora, cada vez que llueve, vuelve el miedo. La lluvia ya no suena igual”, ha añadido Elena Morales, directora de la Escuela Infantil Menuts, uno de los centros donde los efectos del barro y la humedad siguen provocando daños.

Según la entidad, "este ha sido uno de los años más difíciles para las escuelas en Valencia. El alumnado ha tenido que estudiar en remoto, estar expuesto a constantes ruidos de obras y cortes de electricidad y ha tenido que prescindir de espacios vitales para su desarrollo escolar".

El impacto de la dana va más allá de lo material: el 80 % de las familias ha detectado en sus hijas e hijos secuelas emocionales como ansiedad, fobia a la lluvia o trastornos del sueño. Para muchas de ellas, el regreso a las aulas no es solo una cuestión educativa, sino una necesidad urgente para recuperar cierta normalidad.

"Una escuela es mucho más que un edificio: es un lugar donde niñas y niños recuperan la rutina, la confianza y la fuerza para seguir adelante. Después de una crisis como esta, volver al aula puede ser el primer paso para que el alumnado y sus familias empiecen a sentirse bien. Por eso, consideramos que reconstruir las escuelas es también reconstruir vidas”, ha explicado Luz María Sanz, directora general de la Fundación Vicente Ferrer.

Con más de 55 años de experiencia en cooperación internacional, la Fundación Vicente Ferrer trabaja por primera vez en España. Su respuesta en Valencia pone el foco en los colectivos más vulnerables, con una metodología basada en la implicación activa de las comunidades.

"Reconstruir una escuela es reconstruir un proyecto de vida. Y hacerlo desde dentro, con los equipos docentes y las familias, es lo que da sentido a nuestra intervención", ha afirmado Carles Coarasa, gerente de la organización.

La campaña ‘Cuenta atrás’, que lanza ahora la Fundación, invita a la ciudadanía a colaborar con este proceso de reconstrucción. La iniciativa busca canalizar la solidaridad de quienes quieren contribuir a que la infancia de la comarca de Horta Sud recupere lo más valioso: su derecho a aprender, a jugar y a crecer en un entorno seguro.

Al mismo tiempo, la campaña constituye una forma de movilización ciudadana y una llamada de atención para que la situación de la comunidad educativa de esta zona de Valencia no quede relegada ni olvidada.