Familias

Los hogares monoparentales valencianos duplican el riesgo de pobreza que los biparentales

Un estudio encargado por la Asociación de Familias Monoparentales de la Comunitat refleja que el 44,6 por ciento de los hogares de esta tipología está en riesgo de exclusión

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El 44,6 por ciento de los 202.100 hogares monoparentales de la Comunitat Valenciana -aquellos compuestos por un solo progenitor (padre o madre) y uno o varios hijos o hijas- está en riesgo de pobreza o exclusión, el doble que los biparentales (22 %).

Así lo concluye un estudio encargado por la Asociación de Familias Monoparentales de la Comunitat Valenciana, cuya presidenta, Beatriz Navarro, reclama una Ley que regule y ampare las necesidades de este colectivo de familias que "va en aumento" para poder llegar así a ayudas específicas y evitar su "discriminación" con respecto a las biparentales.

La socióloga y politóloga Claudia González, autora del estudio, señala que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, ya que faltan registros a nivel regional, el 25 % de los hogares monoparentales está conformado por viudas de más de 65 años y también es más elevada la cifra de los que están compuestos por dos personas (un adulto y un menor a su cargo).

En la Comunitat Valenciana, el 82 % de los hogares monoparentales (165.300) está encabezado por mujeres y el 18 % (36.700) por hombres, lo que supone una "desigualdad de género, la feminización de la pobreza, desempleo, un salario inferior a los hombres, trabajos a tiempo parcial y problemas de conciliación", según señala el estudio.

También subraya que las familias monoparentales sufren mayores tasas de riesgo de pobreza en relación con las biparentales, llegando a duplicar los porcentajes respecto a estas últimas, y además se incrementa en más del doble la probabilidad de padecer carencias materiales como ropa nueva, alimentos o vacaciones.

El estudio destaca que los datos no se refieren a familias monoparentales, sino a hogares monoparentales, una unidad de convivencia constituida por un solo adulto y al menos un menor pero en el que los menores podrían contar legalmente con un segundo progenitor y con la familia extensa (abuelos, tíos, primos...) aunque no convivan habitualmente.

"Ser miembro de una familia monoparental es un factor de riesgo para sufrir vulnerabilidad en nuestro país", afirma el documento, que añade que es necesario reflexionar acerca de un modelo de ayudas basado en la familia biparental hegemónica y que no tiene en cuenta la interseccionalidad de la desigualdad.

Apelan a la "urgencia" de una regulación específica que proteja este modelo de familia y a la creación de sinergias entre los organismos públicos, la administración y las entidades investigadores para recabar más información sobre las familias monoparentales.

Según Beatriz Navarro, uno de los principales problemas de las familias monoparentales es "la conciliación", ya que solo hay un progenitor y es necesario dividirse entre trabajo y atender a su hijo, lo que hace que "muchas veces se tenga que pedir reducción de jornada, con los que los ingresos bajan y eso lleva a una situación económica extrema por tener que hacerse cargo de todos los gastos con un solo sueldo".

Dos casos de familias monoparentales

Rocío Navarro, madre de dos hijos de 4 y 8 años, explica que se quedó sola tras un divorcio y tuvo que reducir su jornada laboral para poder conciliar, lo que supuso también una reducción de sueldo, y reclama ayudas porque la limitación económica hace que sus hijos estén en "desigualdad" a la hora de poder tener actividades extraescolares o asistir a una excursión.

También subraya la importancia de la atención psicológica: "Tenemos un componente de culpabilidad y de miedo a quedarnos sin trabajo o a ponernos enfermas porque no tenemos un respaldo", y explica que estas situaciones hacen que los niños que crecen en familias monoparentales tengan "más estrés" y "maduren antes" pero también incrementa el fracaso escolar, porque dejan de estudiar para poder trabajar y ayudar a su unidad familiar.

Por su parte, Ana Mansergas, madre soltera por elección con tres hijas a su cargo, dos de 2 años y una de 7, explica a EFE que son "la minoría dentro de este contexto de familias monoparentales" y que están "totalmente excluidas".

"Reivindico que se diferencie, dentro de las familias monoparentales, quienes tienen más de un hijo o hija porque el coste económico es inmensamente desproporcionado", señala para añadir que la conciliación "es el principal reto a conseguir, porque con la reducción de jornadas también te reducen el sueldo y tienes que hacer malabarismos para llegar a fin de mes".