Un técnico de Protección Civil ha declarado ante la jueza de Catarroja, que instruye la causa penal por la dana, que cuando se recibió el correo del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) alertando del caudal del barranco del Poyo ya no había margen de maniobra y que, cualquier actuación de Protección Civil era imposible en ese momento. «No tuvimos información del Poyo desde las 16 horas hasta las 18.45. Cuando entra estamos en el momento cumbre de colapso de Forata».

Ha explicado que tuvo conocimiento de que llegó un correo de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y que provocó «movimiento», pero ha incidido en que los técnicos del 112 no interpretan los valores de caudal y que precisamente en el Cecopi estaba «la plana mayor de la CHJ», entre ellos, el presidente de este organismo, Miguel Polo, quien se conectó de manera telemática, igual que el resto de entidades dependientes del Gobierno, como la Aemet o la propia delegada Pilar Bernabé.

Según ha podido saber LA RAZÓN de fuentes cercanas a su declaración, el técnico ha explicado que desde que comenzó su turno por mañana la situación en el Cecopi era ya muy tensa, pues la alerta había cambiado a roja.

No obstante, ha dicho que el día anterior, el 28 ya se fue preparando el protocolo para abordar la compleja situación que había alertado la Aemet. Por tanto, desde primera hora del día 29, se fue dando la alerta roja y se trasladó esta información a los municipios. De hecho, precisó que el jueves 24 se abrieron los primeros avisos meteorológicas en el sistema Corcom.

Ha explicado que el peligro se centró en el río Magro, puesto que allí "se iban a ordenar desembalses en la presa de Forata" y ha insistido insistió en que, tanto en el Magro como en la cuenca del Poyo, estaban vigiladas a través de los bomberos forestales. «No se desactivó la alerta en ningún momento» y remercó que en el sistema Corcom no costa que se desmovilizaran a los bomberos.

El técnico ha asegurado que se contactó directamente con el Consorcio Provincial de Bomberos y que, al no recibir indicaciones de desmovilización, entendieron que seguían vigilando el caudal.

Este testigo ha descrito una situación de caos y tensión en el 112. «Los casos estaban desbocados, pasaba todo a la vez en todas partes».

Además, ha admitido que la alerta a través del sistema ES-Alert se envió tarde, pero que, aunque se hubiera enviado media hora antes, no puede asegurar si habría servido para algo, pues la «situación ya era catastrófica».