Cultura
La verdadera historia del Broadway valenciano
En el año 1973 clausuró uno de sus edificios más emblemáticos
El triángulo formado por la confluencia del Passeo de Russafa, la calle Ribera y la plaza del Ayuntamiento era el vértice del conocido durante décadas como el Broadway valenciano. Dos calles en las que concurrían los mejores teatros, cinos y espectáculos de toda la ciudad, y que por ello constituían el punto de reunión de la sociedad valenciana.
El mítico Casa Balanzá, local establecido en la esquina que constituía el punto de unión entre las tres calles, era lugar de reunión de lo más granado de la sociedad civil, siendo también punto de encuentro de periodistas y políticos. De aquello queda bien poco, hoy en día estas calles están repletas de franquicias y locales de restauración, siendo el principal resto de aquellos años los míticos Cines Lys.
El teatro Ruzafa era uno de los más emblemáticos espacios de aquel espacio, un recinto que cerró en el año 1973 y por el que pasaron las principales estrellas del momento.
Por el teatro Ruzafa pasaron las grandes estrellas de todas las épocas. Desde Carlos Lemos, Ismael Merlo a la compañía de los padres de Plácido Domingo o Queta Claver y Gracia Imperio, todos trajeron su talento y convirtieron a la ciudad en parada obligatoria de los artistas y teatreros que giraban por todo el país. Conocidos nombres de la escena que pasaban largas temporadas en la ciudad con sus espectáculos. Muchos de ellos llegaban de la mano de los mejores compositores de zarzuela, de los que más tarde se convertirían en clásicos de la literatura.
En las tablas del Ruzafa dieron sus primeros pasos artísticos unas jovencísimas Conchita Velasco o Lina Morgan. Esta última, «visitó por primera vez Valencia con la compañía 'Los chavalillos de España'», cuenta Culla.
El teatro Ruzafa tampoco escapó a la censura. Cuando llegó la compañía de la 'vedette' Gracia Imperio, en los años 50, se empapeló la ciudad con carteles en los que aparecía con un corte en el vestido que hacía que se le viera la pierna. Al día siguiente, tuvieron que hacer una prepegada y tapar con una banda la imagen para no suscitar más polémicas.
Miles de recuerdos de una época dorada que sigue en la memoria de lo que fue el Broadway valenciano.
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