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Centenario
100 años de aires españoles en la calle 14 de Manhattan
En medio de los majestuosos rascacielos de la Gran Manzana resiste un pequeño enclave español que acaba de celebrar su centenario

Ha pasado un siglo desde que La Nacional, la institución española más antigua de Estados Unidos, abrió sus puertas en la calle 14 de la Gran Manzana y había que celebrarlo. "La sociedad en sí tiene 157 años de historia, pero 100 años aquí, en Chelsea, en lo que era conocido como la Little Spain, la Pequeña España", explica la directora de relaciones institucionales, Michelle Mirón, a La Razón. El edificio donde una singular puerta roja da la bienvenida a sus visitantes se abrió al público el 22 de junio de 1925 y pronto se convirtió en el lugar de encuentro para los emigrantes españoles que viajaban a Nueva York en busca del sueño americano.
"Cuando uno llega a la ciudad y pregunta qué debe ver, o hacer, lo primero que te dicen es que te pases por La Nacional", explicaba en su discurso el cónsul español en la ciudad Pedro Calvo-Sotelo Ibáñez- Martín. Ese mismo destino siguieron miles de compatriotas que llegaban a la Gran Manzana en ocasiones con las manos vacías, aquí se les daba un techo, comida y, lo más importante, el calor de una comunidad. "Tenemos fotografías de esa época en las que se ven clases de español a los hijos de los socios, también tenemos folclore español, aquí tenemos unas gaitas", cuenta Mirón mientras muestra los vestigios gráficos que han conservado a lo largo de los años.
En La Nacional se celebraban bodas, comuniones, cumpleaños, cenas de fin de año y todo tipo de eventos, cualquier excusa era buena para rodearte de otros emigrantes españoles. "Era el punto de encuentro de la diáspora española", una sociedad benevolente creada en el otoño de 1868 por un pequeño grupo de compatriotas explica la sociedad en su página web, que inicialmente "se reunió en el modesto local del número 151 de la calle Bowery en Manhattan para crear la Spanish Benevolent Society (en español Sociedad Benéfica Española) y luego se trasladó a donde hoy se encuentra". Sus fundadores, procedentes de diferentes lugares de España, "querían establecer un centro social donde todos los inmigrantes de su país pudieran encontrar el apoyo que necesitaban de sus compatriotas en Nueva York". Según los archivos de la entidad, la entidad llegó a albergar a cerca de 40 mil afiliados.
"Cuando uno venía a hacerse socio de La Nacional tenía que rellenar su ficha, con su foto y su información. Por ejemplo, tenemos aquí un señor que venía de las Islas Baleares y se hizo socio en febrero del año 40", explica Mirón a La Razón con varias cartulinas en la mano, ya amarillentas por el paso de los años. En ellas se recoge el legado de los españoles que pasaban por este edificio y las historias de su vida. "Este por ejemplo vivía en el Bronx, y este otro se fue en el año 49 a Venezuela". Mirón nos muestra varias fichas, "este otro señor era de León, y este otro de Vizcaya, y así podemos ver que están todas las comunidades representadas aquí".
La bondad de La Nacional cruzaba fronteras, no solo ayudaba a los recién llegados, también apoyaba a su país en la distancia. Durante la Guerra Civil se organizaron eventos para recaudar fondos y a pesar de la distancia, aquí se seguía muy de cerca todo lo que pasaba en la patria. "Podemos apreciar la evolución, digamos, en paralelo con lo que estaba pasando en España, aquí tenemos por ejemplo los beneficios de los socios", cuenta Mirón a La Razón, "pero con la bandera de la República, porque esto es del 34, pero luego aquí vemos el libro del 38 que ya no tiene la bandera".
Por este edificio pasaron miles de hombres y mujeres anónimos en busca del calor patriótico. Además, de destacados personajes de nuestra historia como el escritor Federico García Lorca, de quien se rumorea que visitó varias veces este club social, y otras figuras destacadas como Luis Buñuel, exiliado durante la década de 1940, así como el poeta Antonio Machado. Hasta el conocido Walt Disney visitó La Nacional y se fotografió en sus salones.
Seguramente todos ellos disfrutarían de los sabores de la gastronomía española, a los que hoy rinde homenaje el chef de su actual restaurante, Paco Parreño. "Siendo españoles seguro que había un plato de legumbres, unas lentejas, y más en invierno aquí en Nueva York, lentejas, garbanzos". Parreño es el encargado de rendir homenaje en este centenario recordando los platos de aquel entonces, y para ello ha preparado un menú por $19.25, en un guiño a la fecha de su apertura.
El chef explica a La Razón que replicar los sabores de aquella época es imposible porque "podemos replicar un plato, pero no el sabor, el sabor ha cambiado. No es el mismo pollo el que se comía antiguamente que el que comemos ahora". Sin embargo, ha intentado elaborar un menú que se aproxime lo máximo posible a esa época. "Vamos a ofrecer cuatro platos y un postre que eran famosos en ese momento, un sándwich de la abundancia, porque como su nombre indica era abundante, con jamón, pavo, verdura. Le sigue una sopa de almejas, un cóctel de marisco, que en esa época el aguacate para nosotros era difícil pero mucho inmigrante que llegaba a Nueva York venía del Caribe y allí ya se comía, y trajeron el aguacate con ellos, y luego como buen valenciano tengo que poner arroz".
Lo que no ha cambiado es el alma del local. Hoy La Nacional sigue siendo el lugar de encuentro de los cientos de españoles que residen en la Gran Manzana. Aquí pueden compartir partidos de fútbol, clases de flamenco, gastronomía española a base de tapas y paella, incluso disfrutar de un espectáculo de flamenco. Coincidiendo con su 100 cumpleaños, la entidad ha organizado un fin de semana de celebraciones que se alargarán hasta el domingo por la noche y arrancaron el viernes, cuando representantes del ayuntamiento y el estado de Nueva York asistieron a un evento en reconocimiento de la labor de la entidad en su centenario de vida.
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