Big data

La mayoría de los españoles entiende que la inmigración descontrolada es un problema grave

La comunidad iberoamericana es la que mayores simpatías genera en nuestra sociedad

En el estudio 3.466 del CIS del pasado mes de junio se planteaba a los ciudadanos que opinaran sobre ocho potenciales conflictos sociales que existen en países como el nuestro.

Los dos más señalados, de hecho los únicos referidos por dos tercios de los entrevistados, eran la pugna entre los directivos y empresarios y los trabajadores, por un lado, y el choque entre los inmigrantes y los nacidos en España.

En el primer caso el 66,9% respondía la disputa es fuerte o muy fuerte, mientras que en el segundo, el porcentaje es del 66,2%.

Esto nos debe poner sobre aviso de que la sociedad española reconoce un enfrentamiento entre la población inmigrante y la nacional. Obviamente, no con todas las nacionalidades extranjeras, ya que hay mayor sintonía con los llegados de las antiguas provincias españolas de América, que con los vecinos magrebíes.

El INE ha publicado su informe de Evolución de la población en España al Tercer trimestre de 2023. El dato es esclarecedor: convivimos con un 17,7% de habitantes no nacidos en España. Son 8.569.954, frente a los 39.876.640 nacidos en el interior de nuestras fronteras. Por lo que hay muchos españoles, cada vez más que se plantean la necesidad de controlar la inmigración.

La Universidad de Murcia ha realizado en 2023 el Estudio sobre la Situación y Percepción de Menores Extranjeros no Acompañados (MENAS) en la Región de Murcia (España): Factores Clave para su Inclusión. Para conocer, entre otros temas, las percepciones de los Menores Extranjeros No Acompañados sobre la cultura y las costumbres del país de destino.

La conclusión es que para 71,8% de estos menores es bastante o muy importante mantener las costumbres propias de su país de origen.

La Secretaría de Estado de Migraciones publicó en 2021 el informe «Las actitudes ante la inmigración y los inmigrantes en España». Según la cual un tercio de españoles muestra antipatía hacia los marroquíes. Es el colectivo inmigrante que menos simpatías suscita; en el polo opuesto se encuentran los latinoamericanos.

Los españoles perciben un incremento en el número de llegada de inmigrantes; el 78% afirma que se ha incrementado. De los cuales la mayoría afirma que ha aumentado mucho. Mientras que el 14% cree que sigue igual.

Con respecto al acogimiento de personas pobres de fuera de Europa, un 79% afirma que deberían ser pocas o algunas. Porcentaje que contrasta con el del 12% que opina que deberían ser muchas.

A este respecto el 62% de los españoles asegura que la normativa migratoria es más bien tolerante o demasiado tolerante con los inmigrantes.

En cuanto al trato que da el Gobierno a los inmigrantes, el 46% manifiesta que es mejor que hacia los españoles. Es la idea mayoritaria entre los ciudadanos. En sentido contrario, con un 24% están los que indican que se les trata peor que a los nacionales.

También es mayoritario el sentir de que los inmigrantes son una carga fiscal para las arcas públicas, ya que el 57% afirma que los inmigrantes reciben más del Estado que aportan. Solo un 17% sostiene lo contrario.

Con todos estos datos en la mano, que retratan con nitidez una radiografía social de creciente preocupación por el fenómeno, resulta necesario que los partidos entiendan que estamos ante un asunto de estado, que debería suscitar el diálogo y el entendimiento entre al menos las principales fuerzas políticas.

Deberían excluirse en la búsqueda de ese consenso regulatorio que responda a la inquietud de la sociedad, imposiciones dogmáticas, sobreactuaciones y discursos demagógicos que únicamente contribuirán a inflamar más la controversia. El oportunismo político no viene a cuenta, especialmente cuando echamos un vistazo más allá de nuestras fronteras y contemplamos las consecuencias desoladoras de no afrontar la inmigración con realismo y seriedad.