Globos de Oro 2020: Y ganaron las series que tenían que ganar

De los Globos de Oro cinematográficos se nos dice año tras año que son la antesala de los Oscar, a pesar de que hacerlo significa incurrir en errores no solo semánticos: la estadística deja claro que, en ese sentido, los académicos de Hollywood van a su aire. En cualquier caso, el consenso dice que los premios cumplen una función predictiva. Pero, ¿para qué sirven los Globos de Oro televisivos, más que para alimentar algunos egos y golpear otros en el estómago? Su utilidad a modo de pronóstico cara a los Emmy es nula, porque se entregan meses después que esos otros premios y, de hecho, ni siquiera cubren el mismo periodo.

Tradicionalmente, es cierto, los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA) solían prestar especial atención a series particularmente nuevas y con potencial para crear tendencia pero, ahora que de esas se estrena una nueva casi cada semana, el plantel de ficciones televisivas nominadas a los Globos parece algo así como el resultado de haber lanzado un puñado de dardos sobre las más recientes entradas en los catálogos de HBO, Netflix y otros servicios de «streaming».

La única opción justa

En ese sentido, la ceremonia de la noche del lunes al menos sirvió para poner sobre el mapa «Ramy», comedia autobiográfica de Ramy Youssef –tranquilo, usted no es el único que nunca antes había oído hablar de él–. En España se estrenó el mes pasado, y es espléndida. Pero la mejor noticia sobre lo sucedido en la gala –en lo referido a series, se entiende– es que, a diferencia de lo habitual, en general ganaron los títulos que tenían que ganar. Tanto «Succession» y «Chernobyl» como «Fleabag» se erigieron en las producciones triunfadoras de la noche, porque no había otra opción justa: son mejores no solo que los títulos con los que compartían categorías sino, probablemente, que cualquier otra serie estrenada en 2019. «Chernobyl» tomó un asunto potencialmente depresivo y lo convirtió en una crónica fascinante –aunque, a decir verdad, también depresiva–. «Succession» confirmó en su segunda temporada lo que había confirmado en la primera: su capacidad para mezclar comedia y tragedia y puro terror, así como para hacernos empatizar con gente despreciable de veras. Y «Fleabag» se convirtió en una de esas –pocas– series que uno sabe que echará de menos. Sumados a los seis Emmys que ganó en septiembre, los dos premios que obtuvo en los Globos convierten su segunda tanda de episodios en una de las temporadas televisivas más galardonadas de la historia reciente. Y lo que le queda.

A partir de ahí, por supuesto, el reparto de estatuillas admite cuantos peros queramos ponerle aunque, de verdad, tampoco son del todo necesarios. Las redes sociales han enfurecido porque Andrew Scott no fue elegido Mejor Actor de Reparto gracias a «Fleabag», aunque lo cierto es que el ganador en esa categoría, Stellan Skarsgård, ofrece un trabajo mayúsculo en «Chernobyl». La elección de Russell Crowe como Mejor Actor de Miniserie puede parecernos grotesca, pero el australiano se pasa los siete episodios de «La voz más alta» embutido en un maquillaje extremo y a los votantes de la HFPA les encantan esas cosas. Y es discutible que Patricia Arquette mereciera su premio como Mejor Actriz de Reparto gracias a «The act» más de lo que Meryl Streep lo merecía por «Big Little Lies» pero, ¿qué más dará, si a estas alturas Streep ya tiene nueve Globos? No hay balda que aguante tanto peso.

HBO reina ante AppleTV+ y la gran N roja

En un año en el que buena parte de los titulares en días previos los habían acaparado las primeras nominaciones logradas por AppleTV+ en su corta existencia y la asombrosa cantidad de candidaturas acumuladas por Netflix, la cadena triunfadora en la gala de los Globos de Oro fue una vez más, como de costumbre, HBO. Convirtió en galardón cuatro de sus nominaciones; por su parte, sus rivales de la gran N roja –los grandes perdedores de la noche– solo obtuvieron uno de los 17 premios a los que aspiraban en categorías televisivas.