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Cuando las leyes se escribían en piedra

Actualmente el Museo del Louvre conserva el código legal más antiguo que se conserva es el Código de Hammurabi, un texto en acadio escrito en piedra del

II milenio a.C

Una imagen del tapiz del Palacio Real en donde se ve a Moisés entregando las Tablas de la Ley
Una imagen del tapiz del Palacio Real en donde se ve a Moisés entregando las Tablas de la LeyArchivo

Según el Libro del Éxodo las “Tablas de la ley”, también conocidas como tablas de piedra, tablas del testimonio o del pacto fueron inscritas cuando Moisés ascendió al Monte Sinaí. Los estudiosos de la Torah consideraban que el sapir bíblico era lapislázuli, mientras que los estudiosos del Talmud consideraban que las piedras estaban hechas con zafiro azul. Según la tradición rabínica eran rectángulos con esquinas afiladas y así aparecen representadas en el arte cristiano del primer milenio. Aunque sugerente la idea del decálogo en piedra, no existen pruebas arqueológicas ni de las tablas ni del propio Moisés según un estudio publicado por Israel Finkelstein (Director del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv) y el arqueólogo israelí Neil Asher Silberman, "La Biblia desenterrada" (2018), ya que tras el contraste arqueológico y textual de las narraciones de los Patriarcas , Jueces, y Reyes concluyen que las evidencias arqueológicas existentes no se corresponden al periodo de Moisés ( circa. 1490 a.c) sino a un contexto de finales del siglo VII a.C.

La crítica literaria aplicada a los textos bíblicos ha puesto en evidencia que no se puede atribuir el texto a Moisés, ya que responde a situaciones históricas posteriores, particularmente al periodo de Josías (ca.638-628 a.c), momento en el que se cree surge la tradición deuteronómica necesaria para la unificación del reino, surgiendo Moisés de la tradición oral previa con fuertes similitudes con la historia del rey Sargón. Si bien no hay evidencia material de las tablas de la ley mosaicas si las hay de normativas de momentos históricos previos. Hay que desplazarse a Mesopotamia para encontrar los primeros códigos legales escritos en piedra, uno de los más importes es el Código de Hammurabi escrito alrededor del año 1750 a.C.

Se trata de una estela de basalto de más de dos metros de alto encontrada en Susa (Irán) donde fue llevada como botín de guerra en el 1200 a.C por el rey Elam Shutruk –Nakhunte y descubierto en la expedición de Jacques de Morgan en 1901, actualmente en el Museo del Louvre. Escrito en acadio, lengua franca de la zona en el segundo milenio, recoge otras recopilaciones de leyes previas como el Código de Ur Nammu , rey de Ur (circa 2100-2095 a.C.) que distingue entre hombres libres y esclavos; el código de Eshunna doscientos años anterior al código de Hammurabi, también escrito en acadio, contiene impuestos , alquileres, salarios préstamos y penas inspiradas en la ley del talión; y el código de Lipit –Isthar (1934-1924 a.C), escrito en sumerio con cincuenta disposiciones legales. El código de Hammurabi está escrito en primera persona y relata como los dioses eligen a Hammurabi para que determine las leyes que rigen la vida cotidiana.

Las leyes se numeran del 1 al 282 faltando los números 66-99 y del 110-111 y tratan diversos temas tales como, la jerarquización de la sociedad existiendo hombres libres, semilibres y esclavos; salarios según los trabajos realizados que se pagaban en forma de unidad de trigo (sila) o plata. Las leyes también fijaban diferentes honorarios asignados a los médicos en función si el hombre atendido era libre o un esclavo, si un médico opera con un punzón de bronce a un hombre noble por una herida grave y le salva la vida, o si le opera de cataratas y salva su ojo recibirá diez siclos de plata, si se trata de un hombre libre sólo 5 siclos de plata pero si se trata de un esclavo recibirá sólo dos.

También se determinan las responsabilidades profesionales de arquitectos quienes eran condenados a muerte si la casa construida se desplomaba y médicos cuyas manos podían ser cortadas si una operación salía mal. Se menciona también el funcionamiento judicial, siendo los tribunales los encargados de emitir las sentencias, llegando a existir un procedimiento de apelación al rey. Esta nueva organización suponía un cambio mermando el poder de los sacerdotes que antes de la promulgación del código dictaban sentencias según su parecer sin existir una normativa clara, así mismo, después de codificada y publicada la ley aumentaba el poder regio. Aunque el código no distingue entre normas de derecho civil y penal se emiten normas que regulen la vida cotidiana se regula el comercio, los préstamos, los alquileres, las herencias, los divorcios y custodia de los hijos y otros aspectos que actualmente consideramos derecho civil. Una mujer casada podía comprar, vender, testificar en los juicios, ser testigo e incluso administrar los bienes familiares, actividades que no podía realizar una mujer soltera.

En la mayoría de las disposiciones relativas a las mujeres se menciona la importancia de la guarda del cuerpo y la importancia de la reproducción, siendo estas propiedades de marido pudiendo actuar como extensión de éste. Así mismo se legisla sobre robos en los templos y homicidios aplicándose en estos casos la ley del Talión para garantizar el orden social y respetar la jerarquía establecida. Destaca en este código el carácter sagrado de la norma que emite el rey, en la parte superior del monolito aparece representado Hammurabi en un bajorrelieve en pie delante de un dios que ha sido interpretado como Shamash dios de la justicia de la ciudad Sumeria de Larsa. Se podría pensar que esta representación es similar a lo ocurrido en el Monte Sinaí, dos códigos en piedra entregados al hombre por dioses. Sin embargo, la principal diferencia entre ambos estriba en el objeto de la norma, el código de Hammurabi regulaba la vida de la sociedad, las relaciones de los hombres entre si mientras que le el código mosaico articulaba la relación de los hombres con Dios. Dos textos en piedra, diferentes evidencias y distintas funciones.