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Ni películas, ni salas, ni estrenos: así es la cuarentena del séptimo arte

Ante las medidas de prevención adoptadas por el Gobierno contra el coronavirus, el silencio de la butaca vacía y las numerosas cancelaciones de estrenos previstos para esta semana se apropian del sector del cine

Cierres en cultura
Una mujer camina protegida con una mascarilla junto a los cines Callao en Madrid, este viernes.Fernando AlvaradoEFE

Ni la decadencia electrizante de Takashi Miike con sus calles plagadas de sociópatas regidos por los códigos de honor de la Yakuza, ni el reflejo intimista de las manos de Jordi, un hombre de cincuenta años que sufre parálisis cerebral, alcanzando con agónica dificultad las letras de un alfabeto especial para poder comunicar sin voz las limitaciones que eclipsan sus movimientos, ni el canto a la vida proferido por un trío de octogenarios que lejos de encontrar en las ciudades el lugar donde instalar su merecido descanso, abrazan las ventajas de ese “bosque sin senderos” que mencionaba Byron, esa naturaleza infinita de los paisajes canadienses, para tener la vida que nunca pudieron.

Las cintas programadas para este fin de semana prometían variedad temática, singularidad narrativa e incluso alguna que otra dosis de entretenimiento ligero. Sin embargo, como medida preventiva ante la alarmante situación que se vive en estos momentos a consecuencia de la propagación masiva del coronavirus y haciendo uso de la sensatez requerida en situaciones extremas como la mencionada en las que la paralización progresiva de todas aquellas actividades relacionadas con el ocio cultural se está convirtiendo en una realidad, los estrenos previstos para el día de hoy, viernes 13, quedan oficialmente suspendidos.

Cintas como “Y llovieron pájaros" de Louise Archambault, “Las letras de Jordi” de la realizadora Maider Fernández Iriarte o “First love” de Takashi Miike posponen sus fechas de salida para, en línea con las recomendaciones de las autoridades competentes, no correr el riesgo de empeorar el complejo momento sanitario que atraviesa el país ni contribuir de manera inconsciente a su propagación. Desde las diferentes distribuidoras lamentan los inconvenientes que estos aplazamientos suponen para muchos de los sectores implicados (prensa, productores, salas de cine o asociaciones) y hacen un llamamiento a la normalidad. Algo que esperan, se produzca dentro de poco.

Teniendo en cuenta que la duración de este periodo de emergencia excepcional se traduce en quince días de inactividad, las películas cuyo estreno tendría que haberse realizado hoy no son las únicas afectadas. Se unen a ellas cintas programadas para las próximas semanas (concretamente la del 27 de marzo) entre las que se encontraban la premiada en la Mostra de Venecia “Blanco en blanco” de Théo Court; “Divino amor”, una perspicaz crítica sociopolítica nominada al Premio del Jurado en la pasada edición del Festival de Cannes dirigida por Gabriel Mascaro; “Adam”, cuya directora marroquí Maryam Touzani tiene prohibido viajar España por las medidas de precaución que desde los diferentes países con riesgo de contagio se están tomando; “Dehesa”, de Joaquín Gutiérrez Acha; la ácida comedia francesa protagonizada por el tándem galo de Romane Bohringer y Philippe Rebbot (ex matrimonio en la vida real), “Un acuerdo original”; y también producciones como “Unplanned” o la tan esperada “Mulan”. Todas estas propuestas audiovisuales se suman a una vorágine de incertidumbre y desasosiego en donde se suceden las cancelaciones de entrevistas y pases de prensa, así como los aplazamientos de los estrenos.

La respuesta comprensiva por parte de todas las piezas que participan en el engranaje del cine no se ha hecho esperar y desde compañías como European Dreams Factory han apelado a la responsabilidad social y al fomento de la solidaridad: “El cuidado de la salud de todos es una prioridad en las actuales circunstancias, y consideramos necesario realizar este ejercicio de responsabilidad ante tales eventualidades. Sabemos que el cine, como medio de entretenimiento, sirve en ocasiones para aliviar el dolor de muchas personas y ayudarles a sobrellevar situaciones difíciles, pero ahora mismo la solidaridad se convierte para nosotros en una obligación preferente”, han difundido a través de un comunicado. También desde Elamedia Studios se muestran desconcertados por la situación: “Deseamos que esta situación se solucione y que podamos seguir compartiendo experiencias y acontecimientos clave para el desarrollo de nuestra labor profesional y que el público pueda disfrutar con las obras de las que nos sentimos profundamente orgullosos. Un fuerte abrazo y ánimo”, han señalado.

Una de las consecuencias que tal vez constituya un trastorno mayor para la ciudadanía relacionada con las potenciales pérdidas del sector, es el cierre de la salas de cine. A pesar de que la decisión recae todavía en la voluntad personal de las diferentes salas, tras las declaraciones del presidente del Gobierno en las que hace escasas horas decretaba el estado de alarma en el país, todo apunta a que las butacas se despedirán definitivamente de la risa, el llanto y la exaltación que solo el séptimo arte es capaz de provocar, hasta que la situación mejore.

Parece que uno de esos sujetos adelantados y el único en confirmar la momentánea despedida han sido los cines Yelmo. Su portavoz, Fernando Évole, declaraba esta mañana en un comunicado oficial; “ante esta situación de pandemia y en un ejercicio de responsabilidad social, nos hemos visto obligados por causa de fuerza mayor de cerrar al púbico las líneas de negocio de Cine Yelmo. Volveremos a ofrecer nuestros servicios en cuanto la situación vuelva a normalizarse”.

Fuentes consultadas por este periódico pertenecientes a la Federación de Cines de España (FECE), aseguran que “mientras que no haya una orden por parte del Gobierno, ya sea a nivel autonómico o a nivel nacional, la decisión de abrir o cerrar sigue siendo individual por parte de cada uno de los cines. Como ha hecho Yelmo, si alguno decide cerrar, nos lo comunicará individualmente". Desde la federación también confirman que en estos momentos están pendientes de las indicaciones sanitarias y siguiendo con precaución todas sus directrices. “Estamos en la misma línea que el resto de sectores”, señalan.

Mientras tanto prudencia, calma y sensatez. Las salas tendrán que esperar y los ciudadanos conformarse con los contenidos ofrecidos desde las plataformas digitales, las grandes beneficiadas en el fondo de toda esta situación. Pero cuando regrese la normalidad y a fuerza de solidaridad y empuje social la vida se imponga, no olvidemos el calor del proyector, la liturgia de la gran pantalla ni la dimensión vocacional de las emociones en directo. Que no se pierda el hábito de ir al cine. Que, como diría Chavela, nos siga aprovechando mirar lo que miramos.