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Historia

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Carlos Hugo, el carlismo que habló de socialismo

Se cumplen 10 años del fallecimiento de Carlos Hugo de Borbón-Parma, pretendiente al trono y promotor de una modernización de las ideas del carlismo

Carlos Hugo de Borbón-Parma junto a su hijoCarlos Javier, fotografiados en Ámsterdam, en 2008
Carlos Hugo de Borbón-Parma junto a su hijoCarlos Javier, fotografiados en Ámsterdam, en 2008La Razón©GTRESONLINE

El 18 de agosto de 2020 hace diez años que falleció en Barcelona Carlos Hugo de Borbón-Parma, padre de Carlos Javier e hijo del «Viejo Rey Don Javier», los tres últimos reyes de la dinastía carlista, pertenecientes a la casa de Parma, que dieron un impulso al carlismo para adaptarlo a los tiempos modernos sin renunciar a la tradición. Carlos Hugo, que vivió de incógnito en España para conocer lo que el pueblo podía desear del movimiento político, asumió el papel de una dinastía proscrita, exiliada o itinerante, que fue expulsada por los partidarios de Isabel II y sus herederos en el siglo XIX, y por la dictadura franquista en el siglo XX para soñar con mejor suerte en el siglo XXI.

Francisco Javier de Borbón-Parma y Braganza fue expulsado a comienzos de la Guerra Civil por Franco, a pesar de que fue este quien dio la orden de movilización carlista de los requetés para combatir a la Segunda República. En Francia, por participar en la resistencia, fue detenido por la Gestapo e internado en el campo de exterminio de Dachau, cuando su hijo, Carlos Hugo, tenía 14 años. Los nazis preguntaron al gobierno español si tenían algún interés por Don Javier, y Franco contestó que no conocía a ese señor, al que había expulsado siete años antes. Carlos Hugo tuvo una infancia y una adolescencia marcada por el compromiso de su padre. A mediados de los años cincuenta llegó a Bilbao clandestinamente para conocer la realidad del país. Con una actitud de no beligerancia contra el régimen, Carlos Hugo impulsó la actualización del carlismo. Habló de renovar la tradición, de libertades y autonomía, de actualización de los viejos fueros, de independencia sindical. Todo ello de forma muy sutil para no irritar demasiado a Franco, con quien llegó incluso a entrevistarse, pero manteniendo siempre la distancia. En 1958 continuó hablando de temas sociales y políticos poco gratos a la dictadura: del problema agrario, de participación política, de democracia, del Mercado Común, incluso de términos como socialismo y federalismo. Incluso llegó a trabajar de incógnito en una mina asturiana de La Felguera, en el pozo de El Sotón.

Socialismo autogestionario

Carlos Hugo mantuvo una década de «tolerancia» con el franquismo y en 1964, se casó con la princesa Irene de Holanda con la que tuvo cuatro hijos: Calos Javier, Margarita, Jaime y Carolina. Sin embargo, los planteamientos que Carlos Hugo representaba, junto a la cada vez más clara oposición al régimen por parte de las bases carlistas, contrariaron al dictador y a sus planes sucesorios, así que decidió expulsarlo de España, no sólo a él, sino a toda su familia en 1968. A pesar de esta situación, la evolución ideológica del carlismo continuó hasta quedar plasmada en el socialismo autogestionario, que, como precisan desde la Asociación 16 de Abril, no es un socialismo de estado a la manera marxista, sino que promueve «la participación de la sociedad». Sin embargo, la expulsión de Carlos Hugo desembocó en protestas y represión. Muchos carlistas pasaron a la clandestinidad e incluso los hubo que se dedicaron durante unos años a una lucha armada contra los intereses del régimen, cuyos detenidos fueron sometidos a consejos de guerra.

La Transición fue la última decepción del movimiento carlista. «Los carlistas se enfrentaron al franquismo y lucharon para devolver al pueblo español sus libertades que habían sido cercenadas. El carlismo es un movimiento monárquico pero entiende el modelo de Estado como una función. Es el pueblo soberano el que decide y el carlismo defiende la monarquía solo si sirve a la sociedad. Por ello, nunca aceptaron la monarquía designada por Franco como legítima. Y en la Transición se colaboró con muchas plataformas y con los partidos de la oposición democrática. Pero cuando se avanzó en la implantación de la democracia del 78, al partido carlistas se le marginó después de habner estado muchos años colaborando para que las libertades volvieran», explican desde desde la Asociación 16 de Abril.

Carta completa de Carlos Javier de Borbón Parma a su padre:

“Queridos Carlistas: El 18 de agosto de 2020 se cumple el X aniversario del fallecimiento de mi querido Aita, Carlos Hugo. Mis hermanos y yo recordamos cada detalle de sus últimos meses en Barcelona, sufriendo “físicamente” por la enfermedad, pero con una esperanza cristiana sincera y a la vez soñadora por el futuro.

Falleció en Barcelona como siempre quiso vivir, rodeado de su familia y de los Carlistas. Su vida sin el compromiso carlista no es comprensible. Desde el año 1957, año en el que acudió por primera vez al tradicional acto de Montejurra/Jurramendi, se enamoró y vinculó personalmente con la Causa Carlista y con la justicia social que implícitamente conlleva y que siempre defendió.

Asimismo, durante los largos años de lucha contra la dictadura franquista, descubrió la pasión y la entrega absoluta del Pueblo Carlista para con su Dinastía Legítima y con las libertades. Aita me transmitió su legado histórico y su compromiso político, inculcándome la responsabilidad que nuestra Familia tiene con las Españas y, en especial, con el Pueblo Carlista.

Mi Padre, Carlos Hugo, hubiese sido un buen Rey para todos los españoles. Por ello, soy muy consciente de mis “Deberes”, que no “Derechos”, y en este sentido, he actuado desde el año 2010 acompañando al Pueblo Carlista y trabajando coordinadamente con él para seguir proponiendo alternativas a los desafíos que presentan actualmente nuestras Españas.

Para cumplir con este compromiso, he recibido el apoyo y la colaboración constante de mi hermano Jaime, de mis hermanas Margarita y Maria Carolina y de mis queridas tías María Teresa, Cecilia y María de las Nieves. Este es el legado que me transmitió mi Padre, y es mi compromiso personal, con la colaboración inestimable y permanente de mis hermanos, el impulsarlo a la próxima generación que, encabezada por mi hijo el Príncipe Carlos Enrique, deberá continuar el proyecto de libertades y justica social en todos los ámbitos posibles de actuación: España, Europa, Hispanoamérica y en general en todo lugar donde podamos contribuir con nuestros principios… No quiero dejar pasar esta oportunidad sin recordar a nuestra querida tía María Teresa, fallecida en París el pasado mes de marzo, víctima de la COVID-19. Otro gran ejemplo para nuestra generación. Ejemplo de entrega absoluta por los otros y propuesta vital centrada en la búsqueda de soluciones justas y sociales para los pueblos. Para todos vosotros, un fuerte abrazo, en la esperanza de que, junto con mis hermanos, podamos encontrarnos el próximo mes de noviembre en Tarragona en la Festividad de la Dinastía Legítima”.

En La Haya, a 18 de agosto de 2020