¿Por qué mi hija quiere ser un chico?
Paloma Pedrero estrena «Transformación» en el Centro Dramático Nacional, una pieza en la que habla de la transexualidad y de su propia experiencia como madre
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Paloma Pedrero quiere certidumbre. La primera ola se llevó el estreno de «Transformación» durante la primavera y el segundo rebrote la tiene en vilo: «Necesitamos mostrarla al público, que nosotros nos la sabemos de memoria. O parimos ya o el niño se nos va a morir», afirma la directora de un montaje en el que ha puesto el alma para contar sus propias vivencias.
Aunque, para experiencia, «eso de ensayar por Zoom», bromea con una situación a la que le ha sacado «su punto» para «profundizar aún más en el texto». Pedrero se adentra en «el viaje de tres chicos trans que nos llevan por el camino que ellos transitan: del rechazo social al amor. Porque la gente ve que son buenos y que no existen motivos para la transfobia. Todos los miedos a lo diferente vienen del desconocimiento».
Fue esa misma ignorancia la que invadió a la autora y directora del texto cuando su hija le dijo que quería ser Carlos. Reconoce todas las preguntas que le cayeron encima: ¿por qué se siente hombre si su cuerpo es de mujer? ¿Por qué no acepta sus senos recientes o le desespera tanto la regla? ¿Cuándo descubrió lo que era? ¿Por qué es tan grande su deseo de hacer la transición aún a costa de su salud o su fertilidad? ¿Hice yo algo mal? ¿Qué pensarán los otros?... Además de la «culpa», dice Pedrero, que sintió por no haberlo visto antes, «de ser así, la habría ayudado, pero es que tampoco sabía lo que le pasaba».
De aquella experiencia nace esta pieza «para mostrar todos los puntos de vista»: de la abuela comprensiva, que desde el minuto uno se pone del lado de su nieto, a ese padre que, en modo macho alfa, no acepta la realidad; pero, sobre todo, de esos tres jóvenes (interpretados por actores debutantes), «muy diferentes entre sí», que no solo se enfrentan a su propio descubrimiento, sino al escaparate de la sociedad.
Un lugar en el que Pedrero reconoce «sorprendida» cómo todo ha sido positivo a su alrededor. Por el contrario, cambia el gesto cuando se le pregunta por la transfobia, que «desgraciadamente existe». El propio Alan Castillo (protagonista de la pieza con Zack Gómez y Álex Silleras), que tuvo que abandonar México después de una ola de agresiones y asesinatos a personas trans.