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Historia

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“Straperlo”: el escándalo que terminó con Lerroux por jugar a la ruleta hace 85 años

El líder del Partido Radical, junto a otros miembros de su grupo, se vio obligado a dimitir cuando estaba en el Gobierno de la Segunda República

Alejandro Lerroux en una imagen de archivo
Alejandro Lerroux en una imagen de archivolarazon

La RAE lo define como el “comercio ilegal de artículos intervenidos por el Estado o sujetos a tasa”. Eso es el estraperlo. Pero para irnos al origen de la palabra debemos retroceder hasta la primera mitad del siglo XX. Hasta el nombre de una especie de ruleta fraudulenta que se intentó implantar en España en 1935 y que tomó tal denominación de sus creadores: D. Strauss y J. Perlowitz. De ellos viene el “Straperlo”. También de la esposa de este último, Lowann, sin embargo, su nombre (o su género) no tuvo el suficiente peso para formar parte del “plan”.

Por entonces, los juegos de azar, y particularmente la ruleta, estaban prohibidos en España y en la mayor parte de Europa. Sin embargo, en la década de los 30, se popularizaron numerosos modelos de pseudorruletas, que funcionaban sin control en los grandes casinos del Viejo Continente. Desde Madrid, donde el Gobierno estaba formado por un grupo de partidos de centro-derecha, varios miembros del Partido Radical, liderado por Alejandro Lerroux, habían puesto ojitos al proyecto del straperlo.

Así, durante junio de 1934, los empresarios y los políticos llegaron a un acuerdo para llevar la ruleta al casino de San Sebastián. Varias personalidades en la órbita de de dicho grupo político harían valer sus influencias para conseguir la autorización a cambio, claro está, de un porcentaje en el negocio. Según la versión de Strauss, Lerroux recibiría el 25 % de los beneficios; Juan Pich y Pon, un 10 %; Aurelio Lerroux (sobrino del líder político), Miguel Galante y el periodista Santiago Vinardell, un 5 %. Además, para asegurarse la cooperación del ministro de la Gobernación Rafael Salazar Alonso, Juan Pich y Pon había preparado un soborno de 100.000 pesetas para él, más otro de 50.000 pesetas para José Valdivia y Garci-Borrón, director general de Seguridad.

Ruleta utilizada durante el "escándalo Straperlo"
Ruleta utilizada durante el "escándalo Straperlo".La Razón

El entramado estaba listo para su función, que no era otra que la estafa. Pero no tardó la Policía en demostrar el fraude: la rueda se controlaba mediante un botón para que se hiciera bueno eso de que “la banca siempre gana”.

Así, el “escándalo del estraperlo” saltó a los titulares hace ahora 85 años a raíz de la denuncia que presentó el propio Strauss a Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República. El empresario exigía una indemnización por los gastos de instalación del juego en San Sebastián y Formentor y por los sobornos que decía haber pagado a políticos del Partido Republicano Radical. Alcalá Zamora recibió los documentos a principios de septiembre de 1935 y se lo enseñó a Lerroux, que entonces era el presidente del Consejo de Ministros, aunque no le dio excesiva importancia. Según ha trascendido aseguró que sería muy difícil probar sus presuntos contactos con Strauss. Sin embargo, a mediados de septiembre, Lerroux renunció, según el historiador Gabriel Jackson porque Alcalá Zamora le obligó a dimitir.

Ya en octubre, la denuncia llegó al nuevo gobierno radical-cedista presidido por Joaquín Chapaprieta, en el que Lerroux era ministro, y le se llevó el caso a debate en las Cortes, donde se formó una comisión parlamentaria. El pleno señaló que habían existido actuaciones “que no se ajustaron a la austeridad y a la ética que en la gestión de los negocios públicos se suponen” y el 28 de octubre de 1935 las Cortes votaron la culpabilidad de los acusados por la comisión. Al día siguiente, Alejandro Lerroux (que no tardaría en dar explicaciones por otro escándalo, el Nombela) abandonó el gobierno.