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Crítica de “La reina de los lagartos”: Auto sacramental profano ★★★★✩

Bruna Cusí protagoniza "La reina de los lagartos"
Bruna Cusí protagoniza "La reina de los lagartos"ImdbImdb

Dirección y guion: Burnin’ Percebes. Intérpretes: Bruna Cusí, Javier Botet, Iván Labanda. España, 2019. Duración: 63 minutos. Comedia bizarra.

Quién iba a pensar que los Burnin’ Percebes se descolgarían con un auténtico auto sacramental después de esas dos joyas del posthumor ‘underground’ tituladas “Searching for Meritxell” e “Ikea 2”. La secuencia de apertura de “La reina de los lagartos” es una procesión sin procesión, un homenaje a la maternidad divina, virginal, convertida en altar de rezo y penitencia mientras suena una “Big Band” verbenera, un pasodoble épico. La osadía conceptual de ese plano, que aprovecha también para reproducir un ‘kaiju eiga’ con una maqueta de Barcelona, define la ambiciosa excentricidad del proyecto, rodado íntegramente en super 8, y que cuenta la historia de amor entre una madre soltera y el príncipe de una raza alienígena, que podría ser prima hermana de los lagartos de “V”.

En el improbable maridaje entre la comedia romántica clásica y “Ultimátum a la Tierra”, la textura del súper 8 nos hace sentir que estamos viendo una película casera como las de antes, pero lo cierto es que todo lo que ocurre -abducciones frustradas, diálogos mudos, subtítulos hilarantes- produce una singular sensación de extrañamiento, situada entre el teatro de Ionesco y el cine de Juan Cavestany. Sería un error despachar a “La reina de los lagartos” como un perro verde incluso en el contexto del mal llamado Otro Cine Español, porque precisamente su frescura creativa, su insólita manera de jugar con tonos y registros, su absoluta falta de prejuicios y su dimensión lúdica, reforzada por la entrega de Bruna Cusí y Javier Botet, rehúyen toda etiqueta. y nos hacen esperar la siguiente película de los Burnin’ Percebes con impaciencia.

Lo mejor:

Lo inclasificable de su propuesta, difícil de encajar en el panorama del cine español actual.

Lo peor:

Su escasa hora de duración nos sabe a poco.