#TeatroConfinado para tiempos de incertidumbre
La Abadía recupera el ciclo de funciones a distancia que estrenó durante la primera parte de la pandemia, cuando uno solo se podía escapar de casa a través de la pantalla
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La Abadía, dirigida por Carlos Aladro, fue de los pocos (por no decir el único), teatro que se resistió cerrar a cal y canto durante la pandemia desde el minuto uno. Superado el “shock” inicial del parón obligatorio, no tardó más que unos días en readaptar la programación y proponer espectáculos en directo (que no en vivo) para que ni público ni actores desconectaran de los escenarios. Así, Irene Escolar, Israel Elejalde y Luis Bermejo fueron algunos de los nombres que se sumaron a la iniciativa desde que surgía de propias casas y se introducía en la del público bajo el nombre de #TeatroConfinado.
A partir de ahí y desde el confinamiento absoluto de aquellos meses de primavera, cada artista montaba la pieza que le venía en gana para demostrar que esto del teatro tiene poco de conformarse con las circunstancias y mucho de resistencia ante las adversidades.
Ahora, lo que fue una acción de emergencia regresa con algunas de las piezas mostradas durante los primeros meses de cuarentena y con nuevos títulos que se suman a una iniciativa que ha llegado para quedarse. Porque todos sabemos que el “teatro teatro” es aquel en el que se comparte espacio con la actuación, pero indagar en nuevos formatos y darles una nueva vuelta a los espectáculos en directo tampoco va a hacer daño a nadie. Más allá de una acción de supervivencia, el #TeatroConfinado ha abierto una vía de exploración en lo escénico-digital, que ha empezado a llamarse “creación transmedia”, un formato que acaba de echar a andar y que, de momento, no conoce fronteras. Solo puede sumar. Y así lo hemos visto una vez recuperada cierta normalidad, donde muchas de las piezas vistas sobre los escenarios se han podido seguir al mismo tiempo desde el patio de butacas y desde los ordenadores o dispositivos móviles.
A lo largo de los tres meses que duró el confinamiento total, se realizaron desde las casas de los artistas y del personal técnico y administrativo 80 funciones de 10 piezas muy diferentes entre sí. Tanto entre los creadores como entre los espectadores había personas de fuera de Madrid e incluso de fuera de España. Algunas de las piezas, desarrollada expresamente para el #TeatroConfinado de La Abadía, después se han representado en otros contextos, haciendo “gira”.
Desde la iglesia madrileña buscan continuar adentrándose en nuevos lenguajes y expresiones artísticas, por lo que “nos parece oportuno, con independencia de las restricciones de movilidad o medidas de prevención, dar continuidad a aquello que surgió espontáneamente gracias al impulso de una serie de creadores inquietos. Como extensión de la experiencia en sala, no como una sustitución”, aseguran desde el teatro.
Así, desde hoy, 1 de diciembre, se retoma la actividad “a distancia” que, como explican, ya cuenta con piezas “de repertorio”. Para abrir boca en esta segunda etapa, durante las primeras tres semanas de diciembre se podrán ver diez piezas distintas: seis nuevas (una de ellas es doble) y cuatro del ciclo anterior.
- “Estación espacial” (1 y 13 de diciembre, 20:00 horas), de Álex Peña, Alberto Cortés y Rosa Romero. Un relato íntimo que viaja desde la visión aérea a lo emocional, y que se puede llevar a cabo gracias a la intervención de herramientas como SpiedLife, Google Earth, Skyline, otras cámaras en “streaming” y sus propias grabaciones caseras. Este viaje hecho de hogares y deseos será presentado, representado e intervenido en directo desde sus casas a través de Zoom.
- “Tras los pasos de Augusto Madeira Mendes” (2 de diciembre, 20:00 horas), de Los Bárbaros. Investigación sobre el rastro de un personaje inventado que es uno y somos todos, que es Ourique (pueblo del Alentejo portugués), que es su pasado y su presente, sus calles, su energía, su espíritu, su gente. Augusto Madeira Mendes se construye a través de los relatos, las memorias, las fotografías, las imágenes que recopilamos de los habitantes de Ourique durante el verano de 2016.
- “Ronem Ram.0″ (3 de diciembre, 20:00 horas), de Onírica Mecánica. “Ronem Ram” (Mar Menor al revés) es una ficción especulativa que reflexiona sobre la crisis climática a partir del actual colapso medioambiental del Mar Menor, en el campo de Cartagena, donde habita y desde donde emitirá la compañía. La pieza es un organismo vivo que se mueve entre la realidad y la ficción para imaginar y especular escenarios medioambientales y humanos posibles en un futuro próximo. Una experiencia teatral confinada para dos cámaras, tres voces, una casa transformada y un montón de objetos e imágenes. A partir del 16 de diciembre “Ronem Ram” estará como espectáculo-instalación en la sala de La Abadía.
- “Visita guiada a una sesión de BDSM nº 26″ (6 de diciembre, 20:00 horas), de Laboratorio de Acción Escénica Vladimir Tzekov. Una experiencia virtual, colectiva e iniciática diseñada especialmente en colaboración con La Abadía para estos tiempos de confinamiento, cambios e intimidad.
- “Los justos” (del 8 al 10 de diciembre, 20:00 horas), dirección de Juan Ayala y Katrina Bujag. Serie “online” de teatro creada por artistas de nueve países distintos y emitida en “streaming” simultáneamente a través de teatros de España, Dinamarca, Chile y el Reino Unido. Tomando su nombre de “Les justes”, de Albert Camus, cuenta la historia de un grupo de “hackers” informáticos escondidos en diferentes lugares alrededor del globo después de un intento de atentado informático. Una pieza trans-media surrealista y sorprendente que coquetea con la virtualidad, el multilingüismo, la interconexión y la geografía.
- “Zoo Motel” (15 de diciembre, 20:00 horas), de Thaddeus Phillips. Una nueva “película cinemática analógica transformativa remota, es decir, en vivo y en directo, pero a miles de millas de distancia”, y en cierto sentido “teatro”. Esta pieza está interpretada por Thaddeus Phillips e inspirada muy libremente en un lugar imaginado en Islandia donde el intérprete tuvo que quedarse poco antes de la pandemia al hacer una escala forzosa mientras trabajaba en los preparativos de Antropoceno.
- “Ese discreto encanto de ahí” (16 de diciembre, 20:00 horas), de Rulo Pardo. El último ser vivo que hay en el planeta va a desaparecer y esta será la última conexión que realizará antes de su muerte. Mientras nos cuenta cómo ocurrió el final de la humanidad seguirá preguntando si hay alguien ahí.
- “Prisiones del alma” (17 de diciembre, 19.00 horas), de Ana Contreras (dirección) y Raúl Losánez (dramaturgia). Recital poético a partir de grandes textos de nuestra literatura, que ahonda en el sentido de la vida y en su condición de tránsito inexorable. Con textos de Santa Teresa de Jesús, Lope de Vega, Emilia Pardo Bazán, San Juan de la Cruz, José de Espronceda y Fray Luis de León, entre otros. Una pieza que busca ir más del sentido estrictamente religioso, en el que la costumbre y la tradición han dejado anclado el concepto de “mística”, para darle una dimensión más actual y comprensible.
- “Telémaco: el que lucha a distancia (un hijo de Grecia)” (20 de diciembre, 20:00 horas), de [los números imaginarios] (con dirección de Carlos Tuñón y texto e interpretación de Luis Sorolla). Telémaco significa “el que lucha a distancia” y aquí el protagonista es él, Telémaco, el que no fue a la guerra de Troya, el que esperó veinte años a que regresara el padre, el que no sabía qué hacer para recuperar el futuro que le habían prometido, un futuro secuestrado por los pretendientes de su madre, Penélope. ¿Cómo se es Telémaco si vienes después de Odiseo? En cada representación de esta pieza habrá junto a Luis Sorolla un actor invitado.