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Crítica de “A Stormy Night”: Breve encuentro ★★★✩✩

Un fotograma de "A Stormy Night", dirigida por David Moragas
Un fotograma de "A Stormy Night", dirigida por David MoragasImdbImdb

Dirección y guión: David Moragas. Intérpretes: Jacob Perkins, David Moragas, Jordan Geiger, Marc DiFrancesco, Elena Martin. España, 2020. Duración: 76 minutos. Drama.

En la presentación que David Moragas hizo de “A Stormy Night” en el festival D’A, hablaba de lo mucho que le gustaban las comedias románticas, citando algunos placeres culpables –”Novia a la fuga” y, en especial, la magnífica “La boda de mi mejor amigo”- que este crítico comparte con entusiasmo. No obstante, el resultado final de su debut en el largo le debe más al Andrew Haigh de “Weekend” que a la relectura posmoderna de la comedia del enredo matrimonial. El filme parece tomarle la temperatura a la intimidad que se crea entre dos desconocidos que se ven obligados a compartir un apartamento neoyorkino en una noche de tormenta, y que, en un ambiente de calma tensa, exponen su fragilidad y su deseo desde lugares emocionales distintos.

Marcos (el propio David Moragas) acaba de dirigir un documental que despliega una mirada impúdica sobre su exnovio y Alan (Jacob Perkins), diseñador de una app para ligar, duda si dejarse llevar por la atracción que siente por Marcos o serle fiel a su pareja. Como en el caso de la película de Haigh, su tiempo juntos es limitado, acotando su tensión sexual a un ejercicio de suspense romántico que nunca se concede a sí mismo la solución fácil de la catarsis.

Así las cosas, “A Stormy Night” se desarrolla, desde la práctica de un estricto naturalismo, entre besos castos, noodles, siestas, confesiones a media luz, reproches y un largo plano secuencia en una cama doble que no desentonaría en una película de Richard Linklater. A veces la película parece resentirse de su contención, como si no se atreviera a pasar a mayores, como si temiera descarrilar, pero se agradece la sensibilidad y elocuencia de sus silencios, su tono deliberadamente melancólico, la auténtica vida que se respira en su alleniano blanco y negro.

Lo mejor

La humildad de su planteamiento, acorde con una mirada nada condescendiente hacia sus personajes

Lo peor

A veces le faltaría un poco más de sangre en las venas