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Pablo López, bajo el síndrome de Stendhal

El malagueño publica «Unikornio», un trabajo intenso y grandilocuente que se divide en dos partes: el deslumbramiento por la belleza y la decisión de quedarse o no a vivir dentro de ella
WILMA LORENZO

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Asegura que se vio sobrepasado por una sensación de belleza que no sabe describir. Pablo López (Fuengirola, Málaga, 1984) no sabía que esa sensación tenía un nombre hasta que le contó a su círculo de amistades las sensaciones que tuvo. «Me han dicho que se llama Síndrome de Stendhal y no sé casi ni pronunciarlo, pero cuando me describieron en qué consistía sentí que era efectivamente lo que yo había experimentado, sin duda. Una sensación de bloqueo y de éxtasis que, la verdad, yo no sé de dónde procedía cuando la viví, pero de la que me costó librarme. No pude terminar el disco hasta que volví a un lugar seguro», dice López acerca de la escritura de su último trabajo, «Unikornio», que habla de ese cautiverio de la belleza. «El disco cuenta la historia de alguien que se despista, se deja llevar o se pierde mirando hacia afuera y se olvida de perdonar y de querer», dice el compositor.
El malagueño presentará de gira por España el disco en 2021 con varias fechas en cada plaza: Mallorca (1 al 4 de abril) Valencia (21 al 25 de abril), Barcelona (3 al 9 de mayo) y Madrid (8 al 13 de junio), de acuerdo con los aforos y las restricciones exigidas por la pandemia. El disco se divide así en dos partes. «Mayday» (código de emergencia) y «stay» (me quedo), que narrarían ese viaje por la belleza en primera persona. Por eso, el disco se llama «Unikornio». «Lo llamé así porque los unicornios son criaturas que casi existen porque, digamos, tienen elementos reconocibles de otros animales. Y las canciones son lo mismo para mí. Elaboraciones ficticias que casi puedes tocar y que se van contigo, son tu familia. Pero ninguna de las dos cosas existen y por eso las imagino emparentadas», dice López.
El subtítulo del disco tiene que ver con esa sobredosis de belleza del síndrome de Stendhal y hace referencia a la existencia de «once millones de versos». «Un día iba en el coche con Antonio Orozco, que cantaba un tema mío en su gira, ’'El patio’', y miramos los dos, por curiosidad, en el registro de autores, y resulta que entre la primera canción de Orozco, ’'Devuélveme la vida’' y la mía, es decir, en 17 años, se habían registrado en España once millones de canciones, una cifra que se me quedó grabada», explica López. Normal que haya quien sufra del Síndrome de Stendhal.