Música
Mägo de Oz: “Nuestra estrategia artística y de vida es hacer sonreír”
El grupo ha lanzado “Tu madre es una cabra”, otro adelanto del disco que aparecerá este este año: “La música es un analgésico para cuando te duele la vida”
Son uno de los grupos legendarios de nuestro país, amados en todo el mundo, de América a Rusia, pero de los que con razón se pueden quejar de no recibir la atención que se merecen. Cuando llegó la pandemia en marzo de 2020, Mägo de Oz estaban inmersos en una gira por Estados Unidos, donde llenan recintos de miles de espectadores. “Pensábamos que era una gripe, como mucha gente. Hasta que nos llamaron para coger un avión inmediatamente, porque se cerraban las fronteras. Y cuando llegamos no se veía un alma en las calle”, rememora Txus di Fellatio, icónico líder la banda. “Parecía como ’'Soy leyenda’', la película de Will Smith”, dice el artista, que se refugió en su casa, lejos de Madrid, a cuidarse frente el Apocalipsis.
-¿Cómo ha pasado estos meses?
-Estuve durante toda la pandemia componiendo por vía Zoom con el resto de la banda, y eso que a mí las tecnologías y las redes sociales no me gustan mucho. Bueno, en realidad no me gustan nada. Odio cómo se comporta la gente en redes. Yo prefiero tomarme un café y mirar a los ojos. Así que estuve componiendo porque tuvimos que suspender nada menos que 97 conciertos. Y empezar a tirar de ahorros.
-Quizá haya sido la única persona que ha aprovechado el confinamiento para algo productivo...
-Mi personalidad es muy inquieta. Soy muy creativo y necesitaba hacer algo y me di cuenta de que necesitaba hacer un disco optimista, que las letras hablen de beber cerveza y de ser felices. ¡Es cierto que algunos han aprendido a hacer pan...! En fin, yo creo que las cosas no pasan porque sí, que todo tiene un sentido. Necesitábamos un parón para coger impulso y ver con perspectiva. Yo llevo diez meses sin llevar dinero a casa, no creas que no me afecta. Todos somos damnificados por esto, pero también ha servido para relativizar. Lo importante es la salud. Yo llevo meses disfrutando de mi hija de dos años y mi pareja y de mirar al sol y el horizonte con mi perro. Y antes íbamos muy deprisa. Dentro del drama hay que ver cosas positivas.
-No le ha quedado un disco pandémico, pues.
-No, ese era el anterior, que se llamaba “Ira Dei” y que hablaba del Apocalipsis. Y se ve que me adelanté. Pero ahora queríamos algo muy celta, que te recuerde a una hoguera y la gente dando palmas. Es el momento de ponerle una tirita a la vida. Los músicos tenemos la obligación de dar píldoras para curar el alma. Una canción es una buena anestesia. Los músicos no cambian el mundo, no podemos. Son los políticos, los banqueros, el “establishment”. Nosotros solo podemos sacar una sonrisa. Una canción que te recuerde a un momento. Ponemos la banda sonora y el que intente hacer algo más se está equivocando de profesión.
-No hay que tomarse tan en serio, ¿verdad? Ni los médicos ni los periodistas ni los músicos cambian el mundo.
-La música es un analgésico para cuando te duele la vida. Yo respeto mucho los músicos que lanzan mensajes políticos. En Mägo hemos lanzado mensajes serios muchas veces, pero, en el fondo, el trabajo de un músico es que la persona se olvide de sus problemas durante dos horas y que se vaya silbando y sonriendo. Lo demás, los discos de oro y platino son trofeos para tu ego, para colgar en la habitación. Para mí lo mejor es que se diviertan.
-Y eso que discos de oro y platino tienen unos cuantos.
-Sí, de platino seis y de oro unos doce, creo. Tenemos uno de diamante por vender más de un millón de copias, pero, de verdad, eso es adular el ego. Por mucho que vendas no quiere decir que sea bueno. Pero si la gente asimila la letra o una canción llega a Nicaragua, que está a 9.000 kilómetros de distancia y te dicen que tus canciones le han salvado a alguien de una depresión... no hay nada que se pueda comparar.
-Me dice que ha estado tirando de ahorros. ¿Tener seguidores en todo el mundo no da de comer?
-He dejado de facturar desde marzo. Suspendido todo. Y vivimos de ahorros, de los derechos de autor, que es cierto que me llegan, y apretándonos el cinturón. Mägo de Oz quiere estar tocando, pero no podemos hacerlo para 60 personas con mascarilla, no es nuestra manera de entender un concierto. Y un año de descanso no viene mal.
-Este año parece que tampoco se va a poder...
-No, y yo pienso que lo que debe primar es la salud antes que la economía. Si hay que esperar, esperaré a octubre o noviembre. Yo no soy político y ellos deben de conjugar la salud y la economía, pero si se llama pandemia es por algo. No se puede hacer otra cosa. Cada día las noticias son contradictorias. Tenemos que apretar el culo.
-¿El disco nuevo sale este año?
-Está programado para el 9 de abril, pero será complicado. Hemos sacado dos singles. “El cervezo”, que trata del árbol de la birra. Es una canción de cerveceros, divertida, celta y de borrachuzos. Con un mensaje plano y de pasarlo bien.
-Bueno, perdón, y una fantasía húmeda para muchos...
-Totalmente. La letra es primaria y lo sé. Pero es que en el anterior nos pusimos muy sesudos y queríamos un disco de fiestas de pueblo. Y el segundo single lo hemos lanzado con la Pegatina, el grupo de Barcelona, que se llama “Tu madre es una cabra”. Como verás, es un mensaje profundo (risas). Yo quería hacer un ska celta, porque hemos mezclado esta música con rancheras, charlestón y por supuesto con el heavy metal, y yo quería un ska. Y como no somos Ska-p, porque no nos interesa mucho el contenido político, pues busqué algo divertido.
-Pero ¿qué es eso de “tu madre es una cabra”?
-Pues, para que veas que era algo ligero, no es más que una expresión que tengo: digo “tu madre es una cabra” cuando quiero decirle a alguien que se vaya de paseo. Y en la canción cuento la historia de alguien que se despierta un día tiene hierba en la boca. Y que ve que sus uñas son pezuñas y va al psicólogo y el éste le dice que no le pasa nada, que su madre es una cabra. Y es una gilipollez, pero mira, ya hay fans de Mägo que ya llevan camisetas: “Be cabra, my friend”. Tampoco me malinterpretas, que hay otras canciones serias. Una en el habla de la eutanasia, porque tampoco queremos parecer La Trinca (risas). Hay cuatro de coña y otra muy serias. Pero ahora nuestra estrategia de vida y artística es hacer sonreír.
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