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Ana Lucas, en su poemario "Oasis" (Espasa), se abre en canal para abordar temas como la intimidad, el desamor o el amor por lugares o momentos particulares / FOTO: Maizo Barbosa y Daniela Acosta

“Mi generación vive en una incertidumbre constante”

La joven escritora debuta con «Oasis» (Espasa), un intenso poemario sobre la intimidad de la «generación vacía»

En los primeros compases de «Girls», la serie de Lena Dunham para HBO, la protagonista fantasea con el que, según ella, es el objetivo de todos los escritores: ser la voz de una generación. Con menos pretensiones, pero con unos versos igual de combativos y un cuidado por la palabra digno del mejor de los contendientes al puesto, la poeta Ana Lucas (Madrid, 1995) debuta en el mundo editorial con «Oasis» (Espasa). De formato ligero y gancho directo, la apertura en canal de la joven toma una calculada distancia de seguridad con los patrones hegemónicos del género joven e intenta desmarcarse de ellos, como queriendo recordarnos que la poesía joven no solo está llena de saltos de línea, sino que puede servir de galería para la «generación vacía».

–¿De dónde le viene la pasión por los versos?

– Me he criado en un entorno familiar en el que la literatura estaba muy presente. La poesía me ayuda a expresarme, a sacar a la luz ideas e incluso a ordenarlas, para entenderme mejor a mí misma, como si fuera un trabajo de introspección

–¿Y sigue algún método?

–Me gusta mucho volver sobre lo que he escrito y visitarlo de nuevo, intentando adaptarlo a cómo me siento en ese momento. No creo que sea algo que se pueda hacer desde la disciplina.

–¿De qué habla su poesía?

–Hablo mucho sobre el amor y el desamor, que es lo más universal que existe, pero no por ello deja de ser amplio. Existe el amor por un lugar o por un momento. También creo en los extremos, porque no hay nada más poético que una carcajada o una tragedia.

La poeta Ana Lucas (Madrid, 1995), que debuta en el mundo editorial con "Oasis", un poemario sobre la intimidad / FOTO: MAIZO BARBOSA Y DANIELA ACOSTA
La poeta Ana Lucas (Madrid, 1995), que debuta en el mundo editorial con "Oasis", un poemario sobre la intimidad / FOTO: MAIZO BARBOSA Y DANIELA ACOSTALa Razón

–¿Por qué cree que su generación vive decepcionada?

–Nuestra generación se ha comido un «marrón» importante. No hemos vivido ninguna guerra, no tenemos que jugarnos la vida cada vez que salimos a la calle, pero aun así vivimos en una incertidumbre constante que se ha agravado por la pandemia.

–¿Cree que va más allá de lo coyuntural e inmediato?

–Nos hemos formado y, cuando estábamos listos para lanzarnos al mundo, el mundo no nos quiso. Son situaciones ya típicas y hasta te ríes, como lo de necesitar experiencia para un trabajo pero no poder conseguir esa experiencia por no poder acceder al trabajo. En lo emocional, también, nos metimos de lleno en el mundo de las redes, siendo todo mucho más rápido, con muchas distracciones y modelos aspiracionales falsos. Nada, o muy poco, es real.

–¿Se ha sentido juzgada por escribir desde su juventud?

–Estoy de acuerdo con que, para escribir poesía, cuanto más hayas vivido o leído, mejor. Pero creo que no hay edad para exteriorizar los sentimientos. Tampoco me veo, por ejemplo, siguiendo corrientes modernas o más inmediatas.

–¿Cómo lidia con la exposición? ¿Se siente vulnerable?

–Al ser actriz, la exposición es algo que, más o menos, sé gestionar. La poesía, eso sí, es algo muy íntimo y lo que cuento en el libro es algo que viene de tan adentro que hablar de ello hace que me bloquee por momentos..

–¿Uno escribe poesía por alguien o para alguien?

–Para mí, la poesía siempre se hace para alguien, aunque no soy de las que pregonan su trabajo a los implicados, sobre todo si es algo escrito desde lo oscuro o lo enrabietado.

–¿Y qué le gustaría que sintiera ese alguien?

–Quiero que quien lo lea se encuentre a sí mismo en algunos versos y poemas, o en lugares, dentro de sí mismos, en los que no se hayan visto hace tiempo. Que enciendan la luz de habitaciones en las que temían entrar.

–Si usted no fuera usted, y leyera su libro, ¿qué referentes le gustaría encontrar?

–A mí me gustaría, claro, que alguien pudiera ver a Lorca o a Allan Poe, que son mis referencias más inmediatas. Son quienes me guían y yo creo que me poseen sus espíritus (ríe). En la vida escribiré como ellos, pero son los que más me influyen y los autores que más consumo.