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El traductor al catalán de Amanda Gorman es también rechazado por no ser ni mujer ni negra

Víctor Obiols, aún habiendo entregado ya la traducción final a la editorial, no será finalmente quien la firme: “Como Marieke Lucas, he sido víctima de la nueva Inquisición”, lamenta
Patrick SemanskyAP

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Hace pocos días, Marieke Lucas Rijneveld, ganadora del International Booker Prize en 2020 y una de las grandes escritoras y autoras del momento, tuvo que renunciar a un trabajo por ser una mujer blanca. Cuando le propusieron traducir a la poeta Amanda Gorman al holandés, lo aceptó, escribiendo en sus redes sociales que “en un momento de creciente polarización, Gorman muestra con su voz joven el poder de la palabra hablada. (...) Cuando me pidieron que la tradujera, todo lo que pude hacer fue decír que sí y apoyarla”. Pero no, finalmente se vio obligada a renunciar públicamente al trabajo por la presión de una campaña -fundamentalmente a través de las redes-, que rechazaba a Marieke como traductora por no ser negra como Gorman. Ahora se ha dado el mismo caso, pero esta vez en España: el poeta, músico y traductor Víctor Obiols, conocido también como Víctor Bocanegra, ha vivido algo parecido a lo de Marieke.
“Me habían encargado la traducción al catalán de su famoso poema, pero sin embargo...”, se lamentaba, explicando que “como la holandesa, he sido víctima de la nueva Inquisición”. Y es que Obiols, conocido y reconocido por traducciones al catalán de obras de Oscar Wilde o William Shakespeare, no podrá traducir a Amanda Gorman por no ser mujer ni negra, siendo la editorial americana la encargada de informarle.
“Vetado porque ,a pesar de admirar mi currículum vitae, quieren una traductora mujer, activista y preferiblemente negra”, compartió el poeta, añadiendo que “hoy Univers me tenía que pasar el contrato. Tendré que buscar betún...”. La editorial catalana ha confirmado que la decisión venía de la estadounidense, de tal manera que Obiols, que ya había entregado la traducción, se consoló sabiendo que “me pagarán”.
Todo comenzó cuando Janice Deul, periodista y activista, criticó públicamente que la editorial hubiese escogido a una mujer blanca para traducir a una negra. Unas críticas que instantáneamente se volvieron virales y fueron apoyadas por numerosos usuarios. “Es una elección incomprensible, en mi opinión, y en la de muchos otros que expresaron su dolor, frustración, enojo y decepción a través de las redes sociales”, escribió Deul, para quien la traductora de Gorman debería ser “joven, mujer y negra”. ¿Hasta qué punto debe haber una identificación física entre autor y traductor? ¿No es el talento literario lo que interesa a la hora de abrir un libro?