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Corona de Recesvinto, una de las piezas protagonistas del Tesoro de Guarrazar.

Asi nació el reino visigodo español

Daniel Gómez Aragonés presenta «Vouillé, 507» sobre la trascendente batalla que determinó el nacimiento del reino godo, es decir, del germen de España

Tradicionalmente, el año 476 d.C. ha marcado el fin del Imperio romano de Occidente y el comienzo de la Edad Media y, aunque actualmente hay historiadores que discrepan de esta idea, lo cierto es que «sobre las cenizas del Imperio surgió un nuevo paradigma político basado en la tradición romana que impregnó durante siglos los campos de las Galias, Hispania y la península Itálica». Estos territorios son el escenario propicio para el desarrollo de los acontecimientos político-militares que narra el miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo Daniel Gómez Aragonés (Madrid, 1983) en su libro «Vouillé, 507. El nacimiento del ’'Regnum Gothorum’' de España» (HRM Ediciones). «La batalla de Vouillé, cerca de Poitiers, en el año 507, fue trascendental para determinar las Historias respectivas de Francia y de España y con ello la de Europa», significa el autor.

Campañas militares

¿Por qué se produjo? «El Reino Visigodo de Tolosa (actual Toulouse) se encontraba plenamente asentado en las Galias a finales del siglo V y se extendía, a grandes rasgos, desde el río Loira hasta el Guadiana en Hispania. Más al norte se hallaban los francos con una clara actitud expansionista que les llevó a conquistar el conocido como ’'Reino romano’' de Siagrio –un poder autónomo frente a visigodos y francos–, a derrotar a los alamanes en la batalla de Tolbiac (actual Zülpich), y a conseguir alianzas o acuerdos con la Iglesia católica, con la aristocracia de la Armórica –ubicada en la zona más noroccidental del territorio galo–, con el Reino de los burgundios e incluso con Anastasio, emperador del Imperio Romano de Oriente», explica Gómez Aragonés. Además, «en este tablero no se puede olvidar al reino ostrogodo en Italia, que trató de impedir lo que parecía inevitable: el choque entre francos y visigodos, que antes de 507 ya habían tenido varios roces». «La victoria franca en los campos de Vouillé y los sucesivos triunfos que acompañaron la guerra franco-goda –prosigue– tuvieron consecuencias importantes, puesto que significaron la destrucción del reino visigodo de Tolosa». A partir de aquí, la preeminencia franca en las Galias fue total y los visigodos, aunque conservaron posesiones en el sur galo, pusieron su foco definitivo en Hispania. Este último hecho generó el nacimiento del reino visigodo de Toledo, germen de España. «El conflicto bélico propició que los tres principales protagonistas en Vouillé alcanzasen una mayor fama histórica si cabe. El primero de ellos fue Alarico II, que accedió al trono visigodo en el año 484 tras la muerte de su padre, Eurico. Su reinado se caracterizó principalmente por gobernar un extenso territorio entre las Galias e Hispania, continuando la expansión por tierras hispanas y pasando por las relaciones con la Iglesia católica –los godos eran cristianos arrianos– y por promulgar un corpus legislativo: la Lex Romana Visigothorum, conocido como el Breviario de Alarico».

Otro protagonista fue «el franco Clodoveo, uno de los reyezuelos que había entre las tribus francas, que sobresalió gracias a su prestigio político y a sus éxitos militares y que poco a poco fue desplazando o eliminando al resto de reyezuelos y acaparando todo el poder. Clodoveo se convirtió al catolicismo abandonando el paganismo germano, esto le sirvió para ganarse a la poderosa e influyente Iglesia católica y presentar la guerra contra los visigodos como un conflicto religioso, aunque falso. El tercero fue el ostrogodo Teodorico el Grande, el personaje más importante del Occidente europeo de la época. También llamado Teodorico el Amalo, trató de mantener el equilibrio entre las distintas monarquías germánicas a través de una política matrimonial, pero este equilibrio se rompió y sus tropas no pudieron intervenir en la batalla de Vouillé a favor de Alarico II, pero sí evitaron que los francos arrasasen por completo a los visigodos. Para entender su dimensión, conviene resaltar que Teodorico, junto a Carlomagno, es el personaje más destacado en la poesía heroica y en el imaginario colectivo legendario de nuestro continente», concluye.

  • «Vouillé 507», de Daniel Gómez Aragonés. HRM Ediciones. 152 páginas, 16,45 euros.