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El Woodstock negro que quisieron borrar de la historia

El mismo año que el conocido festival de hippies “blancos” se produjo el Harlem Cultural Festival, igual de importante pero que permaneció en el olvido hasta que un documental cuenta su historia

Sly Stone mientras actúa en el Harlem Cultural Festival de 1969, en el documental "Summer Of Soul"
Sly Stone mientras actúa en el Harlem Cultural Festival de 1969, en el documental "Summer Of Soul"Searchlight Pictures. © 2021 20th Century StudiosSearchlight Pictures. © 2021 20th Century Studios / EFE

En el verano de 1969, un festival hizo historia: fue el de Woodstock, al norte de Nueva York, donde una gran masa celebró la vida sobre un barrizal. Sin embargo, en las mismas fechas y en el corazón de la Gran Manzana, al norte de Manhattan, tuvo lugar durante seis semanas el Harlem Cultural Festival, un evento histórico que reunió a Nina Simone y B. B. King junto a un jovencísimo Stevie Wonder entre otras leyendas de la música negra y que nadie recuerda. Un documental trata de rescatar del olvido este evento que supuso un hito histórico en la historia de la música popular.

El filme, titulado “Summer Of Soul” se estrena esta semana en Estados Unidos y está dirigido por Questlove, el batería y líder intelectual de la banda de hip hop y R&B The Roots y rescata un evento que supuso una gran afirmación para la comunidad afroamericana, que había pasado apenas un año antes por la muerte de Martin Luther King (abril de 1968) y los disturbios de Watts y el asesinato de Malcolm X (1965). Aunque, a pesar del gran cartel artístico del llamado Woodstock negro, lo más importante fue el hecho social. Fue la primera vez que tanta gente de raza negra se podía reunir para un evento de semejante magnitud y la cinta sugiere que una de las razones por las que los funcionarios de la ciudad permitieron el festival fue la esperanza de que su celebración evitara los disturbios en el aniversario del asesinato de King. Los entrevistados para la película, público anónimo, lloran al recordar que por fin pudieron sumarse públicamente después de unos años tan turbulentos. Entre el 29 de junio y el 24 de agosto, Nina Simone, BB King, Sly & the Family Stone, Chuck Jackson, Abbey Lincoln & Max Roach, The 5th Dimension, Gladys Knight and the Pips, Stevie Wonder, Mahalia Jackson y Moms Mabley, entre muchos otros, presentaron sus credenciales artísticas ante una audiencia ávida y el desinterés mediático. Mientras los 400.000 asistentes de Woodstock acapararon titulares y construyeron un mito cultural, los 300.000 de Harlem apenas vieron registrado el evento salvo en una grabación por parte de director Hal Tulchin (fallecido en 2017), que filmó todas las actuaciones: seis espectáculos gratuitos diferentes durante seis semanas. Ninguna compañía se mostró interesada en publicarlo o emitirlo. “El hecho de que el metraje se mantuviera oculto al público es una muestra de que existe esa marginación. Y quiero asegurarme de que no suceda ese borrado de la cultura negra”, aseguró Questlove a la NPR estadounidense.

Tal fue el desinterés por el evento que, para el concierto con Sly & The Family Stone el 29 de junio de 1969, el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) se negó a prestar seguridad, que los organizadores tuvieron que terminar confiando a los Panteras Negras. Fue un evento catártico en el que los discursos políticos y los rezos colectivos se alternaron y que discurrió sin el menor incidente. Fue un momento decisivo en la historia de Estados Unidos, en el que se empezó a dejar de usan el despectivo término “negro” por el de “black”. Se trató de una gran misa en la que miles de personas curaron heridas y confiaron en un futuro más justo después de más de un siglo de discriminación. “El evangelio fue una terapia para el estrés y la presión de ser negro en Estados Unidos”, dice el reverendo Al Sharpton, al principio de la película. “No fuimos a un psiquiatra. No fuimos a acostarnos en un diván. No sabíamos nada sobre terapeutas. Pero conocíamos a Mahalia Jackson”.