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«Ama»: las mentiras de la madre coraje

Júlia de Paz dirige en su debut a una excelente y premiada Tamara Casellas en una de las películas más aclamadas del último Festival de Málaga

En "Ama", Tamara Casellas (derecha) es una madre que se ve forzada a recorrer las calles de Alicante con su hija
En "Ama", Tamara Casellas (derecha) es una madre que se ve forzada a recorrer las calles de Alicante con su hijaLA DALIA FILMS

Quizá no era el mejor momento, una mañana húmeda de las primeras jornadas del último Festival de Málaga. En la primera sesión del segundo día de certamen, cuando los críticos aún afilaban sus plumillas, una película pequeña, de esas que se ruedan cámara al hombro y cuya profundidad de campo no va más allá de la longitud del brazo para que la toma no se encarezca, cristalizaba hasta en el corazón menos vehemente de cuantos asistieron al primer pase de la película «Ama» en el Teatro Cervantes. El debut en el largometraje de Júlia de Paz, cuya experiencia en firme se limitaba a la colaboración con el colectivo ESCAC que levantó «La filla d’algú» en 2019, rápidamente se convertía en el filme más comentado y Tamara Casellas, su protagonista, en una firme candidata a la Mejor Actriz del festival y, quién sabe, también al Goya.

«Es complejo y quizá no se entienda bien, pero es un personaje al que amé desde el principio. Aunque sea un personaje al que se va a juzgar e incluso puede caer mal, siempre me ha dado mucha ternura. Gracias a Júlia pude encontrar su punto de ebullición y su punto débil, que es lo que el espectador más va a valorar luego», explica Casellas a la LA RAZÓN, con la Biznaga de Plata por su interpretación ya en su estantería.

Tamara Casellas (izda.), protagonista de 'Ama', y Júlia de Paz Solvas (dcha.), directora de la cinta, en el Festival de Málaga
Tamara Casellas (izda.), protagonista de 'Ama', y Júlia de Paz Solvas (dcha.), directora de la cinta, en el Festival de MálagaVíctor LerenaEFE

En «Ama», la actriz da vida a una de esas madres coraje que nos hemos hartado de etiquetar en el «cine social» pero, «huyendo de la pornografía emocional» como explica De Paz, la película nos enseña el reverso tendente al fallo de la protagonista, llena de contradicciones y compleja en lo irracional, como si el cuadro completo del filme no intentara juzgar ni utilizar el relato como una moralina ejemplificante: «Desde que concebimos el personaje, en ningún momento nos planteamos en qué momento se empatiza y en cuál no, porque eso parte del propio viaje del espectador. Esa es la magia de esta película, la de tener un personaje del que casi no sabemos nada. Igual que si la viéramos por la calle. Hay momentos en los que empatizas y momentos en los que puedes llegar a odiarla», explica la directora, que pese a su juventud narra con la autoría que a otros les cuesta décadas siquiera tantear.

Eco en el tiempo

Aunque su voluntad callejera y su fotografía vertiginosa puedan alejar a los espectadores más ávidos de maniqueísmos, lo cierto es que «Ama» es una de esas óperas primas que logran alcanzar cierto eco en el tiempo y son capaces de encapsular dinámicas de opresión. El tándem De Paz-Casellas, además de huir del drama por el drama, logra desnudarse en esa «verdad cinematográfica» que explican al entrevistador y una acción tan simple, manida y automática como la de ducharse se vuelve reivindicativa: no hay reconversión ni redención en la maternidad, si no culpa y arrepentimiento, como atreviéndose a negar la mayor y poniendo en duda lo irreversible de la genealogía hegemónica misma.

No es tanto «Techo y comida», que también triunfó en Málaga hace unos años, como algo más parecido «Haz lo que debas». No es tanto denunciar como exponer. Y así lo cree también De Paz: «Como espectadora, no me gusta nada que me lo den todo hecho, todo embotellado y listo para consumo ético. Nuria Dunjó, la guionista, y yo, nos poníamos en la posición del espectador para ver hasta dónde llevaríamos el sufrimiento de la protagonista, decidiendo qué mostrar, y nos poníamos límites a lo que queríamos ver», remata, sobre ese derribo de la falacia de la maternidad idílica que hemos construido. «Ama», que llega hoy a las carteleras españolas, parece tan solo haber comenzado a recorrer un exitoso camino.