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Belén Bautista

«Los caballos no entienden de género»

Belén Bautista, de 38 años y la única jinete de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, se prepara para ser olímpica en la modalidad de Doma

Mientras que en la Doma, la mayoría de las profesionales fuera de España son mujeres, aquí cuesta todavía superar ciertos «clichés» y son los hombres los que siguen a la cabeza. Así lo cuenta Belén Bautista, de 38 años, que es la única mujer jinete de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.

Ella maneja su caballo con maestría, cariño y sensibilidad. Le susurra. Le acaricia. Entró en la escuela de Jerez con 16 años y ahora es una de las promesas para los próximos Juegos Olímpicos. Al menos, así lo asegura Rafael Soto, jinete olímpico que consiguió una medalla de plata en Atenas 2004. «Tiene mucho futuro», reconoce a este diario en referencia a Belén.

Bautista posa para La Razón, en la escuela de Jerez de la Frontera, Cádiz
Bautista posa para La Razón, en la escuela de Jerez de la Frontera, CádizDavid JarLa Razon

Ella lo analiza con cautela. Sabe que no es sencillo llegar a la cima. «Los caballos no entienden de género, pero sí es cierto que en España, quizá por tradición o costumbre, el ser mujer ha sido un obstáculo. Sin embargo, es algo que esta cambiando. En Andalucía, era el hombre el que siempre se dedicaba al campo y al ganado, pero cuando demuestras que tu también puedes hacerlo, las cosas cambian. Además, nosotras aportamos finura a esta profesión. Al caballo no se le domina por la fuerza sino por la sensibilidad».

Ella, acostumbrada a lidiar en un mundo de hombres, apunta que en la escuela, donde Belén trabaja también como docente, además de preparadora para los espectáculos de Doma que allí ofrecen, confiesa que de la hornada de 18 alumnos que ahora tienen formándose allí, tan solo cinco son chicas. Las cosas van lentas, pero cambian. Quizá dentro de unos años, la Doma en España esté dominada por nosotras, como ocurre en el exterior. Eso sería buen síntoma de la evolución», analiza antes de subirse al caballo para deleitar con sus movimientos a los espectadores que la esperan ansiosos.