La Unesco advierte que el “streaming” aboca a los creadores culturales “a la desaparición”
El organismo, a través de una investigación, ha destacado su preocupación hacia los artistas, “cuya situación ha pasado de ser precaria a insostenible”
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Contra viento y marea, a pesar de la compleja situación que ha provocado la pandemia, la cultura continúa persistiendo. Aunque no se lo están poniendo fácil. Estos dos últimos años, el panorama de consumo de música, cine o teatro ha cambiado de manera radical, lo que ha supuesto el auge del “streaming” y la búsqueda de nuevas vías para que ningún sector se vea extremadamente afectado por las restricciones. No obstante, si bien la situación se está recuperando, no debe ser suficiente, pues la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha lanzado una llamada de atención al respecto. A través de un informe publicado hoy, el organismo ha advertido que “la situación de muchos artistas ha pasado de ser precaria a insostenible, poniendo en peligro la diversidad de la creación”.
La precariedad de los artistas y la cultura se ha visto agravada por el aumento del “streaming”, pues la remuneración es escasa, y es este problema el que han tratado desde la Unesco. A través del documento “Repensar las políticas para la creatividad”, en el que han trabajado durante 5 años, se han analizado a lo largo de 332 páginas la situación global del sector, con gran variedad de gráficos, reflexiones y ejemplos. En definitiva, se refleja un preocupante panorama para los creadores, quienes, aseguran, “están abocados en el medio o largo plazo a la desaparición”.
“La precariedad laboral de los creadores afecta a la sociedad por completo, afecta al principal pilar cultural, y cuanto más invertimos en cultura, más dialogante y resiliente es la sociedad”, explica a Efe Ernesto Ottone, subdirector general de Cultura de la Unesco y responsable de la elaboración del documento. Según la investigación, “en los países en los que se dispone de datos, los ingresos de las industrias culturales y creativas se redujeron entre un 20% y un 40% en 2020, y estos sectores registraron, en general, peores resultados que sus respectivas economías nacionales, por lo que han sufrido más daños que durante cualquier crisis anterior”.
10 millones de trabajadores menos
Los datos más alarmantes han sido provocados por los cierres de teatros, cines, salas de conciertos, museos, espectáculos o galerías. Según la Unesco: “En 2020 los ingresos obtenidos por los creadores disminuyeron en más del 10%. Desde que se declaró la pandemia, los artistas han tenido que depender mucho más de la emisión en continuo que no proporciona suficientes ingresos para mantener una carrera profesional”. Así, a partir de estos cierres durante el primer año de la pandemia, añade el estudio que se perdieron unos 10 millones de puestos de trabajo, así como la informalidad de los empleados ronda el 70% en todo el mundo.
Indica Ottone a Efe que la pandemia, con el cierre de actividades culturales, ha puesto en evidencia la paradoja de la emisión por internet, cuyo uso se disparó debido a que cientos de millones de personas estaban confinadas en sus casas. La emisión por internet “ha hecho contenidos accesibles, ha ayudado a la diversidad social y la cohesión y, sin embargo, los creadores han visto su remuneración menguada”, insiste, pues el “streaming” ofrece ingresos fijos a los artistas al inicio, pero se les priva de recibirlos una vez su obra se reproduce. “La inversión pública en cultura lleva 10 años disminuyendo”, denuncia la Unesco, así como rechaza que “las regulaciones insuficientes o inadecuadas y las carencias de competencias en el entorno digital aumentan las desigualdades”.