Antonio de Nebrija, cinco siglos de sabiduría sin límites
Los Reyes inauguran los actos conmemorativos del quinto centenario de «un humanista esencial» para España
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Después de una ausencia obligada, Felipe VI reaparecía en público, ya plenamente recuperado de Covid-19 tras haber dado positivo el pasado 9 de febrero, para celebrar los actos del V Centenario del fallecimiento de Elio Antonio de Nebrija, un «humanista esencial en la configuración de nuestra lengua, cultura y pensamiento». Un hombre, como dijo en su discurso de apertura de los actos conmemorativos en el Teatro Real, «cuyo afán de conocimiento no tuvo límites». Una serie de actos durante el presente año tratarán de reconocer su actitud ante la vida, su infinita curiosidad y su inabarcable obra.
Don Felipe y doña Letizia presidieron el acto junto al ministro de Cultura, Miquel Iceta, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el presidente del Patronato de la Universidad Nebrija y miembro de la Real Academia Española, Darío Villanueva y el rector de la Universidad Nebrija, José Muñiz. «Nebrija fue un auténtico hombre del Renacimiento: pensador, historiador, pedagogo, docente, filólogo, impresor, editor, cronista real, escritor, poeta... la lista es tan inabarcable como la curiosidad que demostró a lo largo de su vida», señaló Felipe VI, que destacó de la figura del humanista que fue «trabajador infatigable, hombre de mil saberes y pionero en campos como la pedagogía».
Libertad de expresión
Sin embargo, como destacó el monarca, la lengua fue el mayor campo de trabajo de Nebrija, autor de la primera Gramática del castellano. «Su defensa de la rectitud en el uso del idioma era fruto del convencimiento de que la lengua, espacio común y compartido por todos, es también el lugar donde se construyen el pensamiento, los valores y la sociedad. Nuestra lengua, un patrimonio compartido por millones de hispanohablantes en todo el mundo, ha de ser ante todo un lugar de encuentro, integración, diálogo y acogida», añadió en su discurso Felipe VI, que presentó a Nebrija como uno de los defensores de la libertad de expresión, lo que, según destacó, «ayudó a transformar la sociedad de su tiempo». «Los actos organizados para este V centenario nos ayudarán como sociedad a recordar y a profundizar en aquellos valores que nos unen, y a defender y difundir, como él hizo, el amor por el conocimiento».
En su intervención, el ministro de Cultura destacó las virtudes de diálogo y entendimiento de Nebrija, y su visión de la lengua, como elemento que «elimina barreras y genera comunidad». «La lengua es, además, un bien económico, una materia prima, que al contrario que el petróleo, la madera, o la piedra, no se agota con el uso, sino que crece cuanto más se emplea, enriqueciéndonos a todos, y formando el sustrato de nuestra sociedad y las industrias culturales», afirmó Iceta.
Para el presidente de la Comisión del V Centenario, José Muñiz, la figura del pensador sirve para favorecer una reflexión sobre el papel que pueden desempeñar las humanidades en la era digital. «Nos comunicamos en nuestra lengua de forma natural, simplemente modulando el aire que respiramos, sin necesidad de bajar ninguna aplicación. Bien pensado, parece mágico, estamos conectados a través del viento, mediante un software libre, nuestra lengua, que nos permite comunicarnos, expresar ideas y sentimientos, imaginar, crear, proyectar». Para Muñiz, «hay que preservar el tesoro de la lengua, porque a nadie le pertenece. Y esa es la convicción de estos actos de homenaje».
Por su parte, para Darío Villanueva, presidente del Patronato de la Universidad Nebrija y miembro de la Real Academia Española, Nebrija «no fue el ideólogo de la lengua del Imperio, sino el patriarca del imperio de las lenguas en el Nuevo Mundo». Además de latinista, el sevillano fue traductor, exégeta bíblico, docente, catedrático, lexicógrafo, lingüista, escritor, poeta, historiador, cronista real, pedagogo, impresor y editor. Sus textos versan sobre áreas tan diversas como el derecho, la medicina, la astronomía o la pedagogía. En muchas de estas áreas de conocimiento se reveló como un adelantado a su tiempo. Está considerado, por ejemplo, el primer defensor de lo que hoy llamaríamos «derechos de autor», inventó un sistema «universal» de medida (su propio pie) y defendió la libertad de conciencia y de expresión pese a los riesgos que eso conllevaba en su época.