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Patrimonio

Ucrania: drones y tecnología 3D para salvar el arte de las bombas rusas

Los ucranianos se apresuran a digitalizar su patrimonio cultural antes de que los misiles rusos lo dañen y desaparezca entre escombros

Cúpula de una iglesia ortodoxa destruida durante los combates en Ucrania
Cúpula de una iglesia ortodoxa destruida durante los combates en UcraniaSERGEI ILNITSKYAgencia EFE

Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania 411 edificios del patrimonio cultural han sido gravemente dañados. Según el Ministerio de Cultura, el grueso de ellos, incluyendo el Teatro Dramático de Mariupol que albergaba cerca de mil personas cuando fue destruido por una bomba, se encuentran en las regiones norte, este y sur, y corresponden a los monumentos de las ciudades que fueron ocupadas o sufrieron bombardeos especialmente intensos. Uno de estos, precisamente, fue una iglesia en Lukashivka, cerca de Chernigiv. Las tropas rusas utilizaron el edificio de la iglesia, que data de 1913, como cuartel general y depósito de municiones y gasolina. Durante los combates en el área, las explosiones volaron el techo y dañaron tanto el interior como el exterior del edificio.

Es allí a donde fue enviada una expedición de emergencia de la Sede de Rescate del Patrimonio (HERI), una iniciativa no gubernamental, después de que el pueblo fuera liberado. Su equipo internacional, que incluía al fotógrafo ucraniano Sergiy Revenko, el ingeniero francés Emmanuel Durand y a la empresa de Leópolis «Skeiron», realizó varios miles de imágenes del edificio desde varios ángulos distintos, además de utilizar un escáner láser para analizarla y crear un modelo 3D de la iglesia.

Vasyl Rozhko, coordinador de HERI, explica a este diario que la creación de todos estos modelos digitales persigue varios objetivos. «Lo primero es documentar la destrucción causada por la agresión rusa y proporcionar la evidencia que luego podría usarse en la investigación criminal, tanto dentro como fuera de las fronteras de Ucrania. En segundo lugar, un modelo realizado en 3D y que sea detallado supone una gran ayuda para estudiar las arquitecturas y facilitaría la restauración del objeto en caso de que fuera dañado o destruido en un ataque posterior». Así que ayudan a conocer y también a preservar el patrimonio cultural de Ucrania.

Fue, precisamente el esfuerzo por preservar el célebre «gallo de cerámica» de Borodianka, el símbolo que impulsó esta iniciativa que ahora se extiende por el país. Esta pieza fue la única que quedó intacta en un edificio que fue destruido por un tanque ruso. Por eso, rápidamente, se convirtió en el símbolo de la tenacidad y la resistencia. Miles de ucranianos comparten ahora su imagen. Antes de que fueran transferidos a un museo, se creó un modelo 3D de todas estas piezas dañadas gracias a un dron. Desde entonces se han organizado expediciones para salvar arte en las regiones de Zhytomyr, Chernigiv y Jarkiv. Como no estaban libres de riesgos, se llevaron a cabo en colaboración con el ejército, las autoridades locales y expertos. Los ingenieros evaluaron las estructuras dañadas para confirmar que era seguro trabajar dentro o cerca de ellas, porque en los territorios ocupados, los rusos dejaron miles de minas y trampas de granadas durante su retirada. Algunas áreas, especialmente Jarkiv, también han seguido sufriendo bombardeos constantes por parte de las tropas rusas que todavía están a 20 kilómetros de la ciudad. Los voluntarios de HERI tuvieron que confiar en las indicaciones de los militares pero no pudieron escapar por completo de todos los riesgos.

Política soviética

Para Vasyl y otros voluntarios vale la pena correr el riesgo para salvar el patrimonio ucraniano. Está convencido de que esta guerra también trata de la identidad misma de los ucranianos. «Al destruir deliberadamente nuestros valores históricos y culturales, Rusia busca enterrar todo lo que nos hace distintos, tal como lo estaba haciendo en la época soviética, al ocultar o destruir importantes artefactos históricos. Es muy importante preservar nuestro patrimonio ya que define nuestra identidad».

Si bien hasta ahora la mayor parte de la destrucción se ha limitado a las áreas cercanas a la línea del frente, ha quedado claro desde el principio que todo el territorio de Ucrania está en peligro. El primer día de la guerra, los misiles rusos comenzaron a caer sobre ciudades en la parte occidental de Ucrania. Yuriy Prepodobnyi de Leópolis, con sus colegas de «Skeiner» y amigos en Ucrania y el extranjero, sabían que debían actuar. Han lanzado una iniciativa «Salvar el patrimonio ucraniano», con el objetivo de crear modelos 3D detallados de los edificios para permitir su restauración completa en caso de que resulten dañados.

Este método no es nuevo. Varsovia, la capital polaca que fue destruida cuando los nazis reprimieron el levantamiento en el verano de 1944, fue reconstruida después de la guerra a base de dibujos panorámicos del siglo XVIII del pintor Bernardo Bellotto. Yuriy se inspira también en un modelo 3D creado por un historiador de arte, Andrew Tallon, de la catedral de Notre Dame en París. Ha sido crucial para guiar los esfuerzos de reconstrucción en curso después de que el símbolo nacional francés fuera dañado por un incendio en 2019. Según Yuriy, hay bastantes profesionales en toda Ucrania, con el principal desafío siendo encontrar fondos. «La mayoría de las firmas y especialistas casi han detenido sus actividades profesionales por lo que necesitan obtener fondos adicionales para seguir operando. Además, cuanto más preciso y móvil sea el equipo, más cuesta. Y si queremos crear muchos modelos 3D, necesitamos involucrar a tantas personas y tanto equipo como sea posible».

Yuriy y su equipo han estado trabajando sin parar en cuatro o cinco sitios simultáneamente, para tratar de digitalizar los objetos que los expertos que participan en la iniciativa consideran que son los más valiosos. Sus colegas de Jarkiv, que tuvieron que huir de su ciudad bombardeada, ayudaron a «Skeiron» a digitalizar la iglesia de San Andrés en el centro de Leópolis. La ciudad más grande del oeste de Ucrania tiene una de las mayores concentraciones de objetos de patrimonio cultural en Ucrania, habiendo sido hogar de grandes poblaciones polacas, judías, alemanas, armenias y ucranianas durante más de 760 años de existencia.

Ha sido el Instituto Nacional del Patrimonio Cultural Polaco en el Extranjero «Polonika» a proporcionar fondos para crear los modelos 3D de objetos en Leópolis y la región. La Alianza internacional para la protección del patrimonio en zonas de conflicto «Aliph», que ha operado en docenas de zonas afectadas por la guerra, también se ha comprometido a apoyar la creación del modelo 3D de la Iglesia Catedral de Armenia y varios otros objetos. Las autoridades estatales y locales de Ucrania, aunque a menudo carecen de fondos durante la guerra, han desempeñado un papel crucial en la coordinación del proceso y la eliminación de obstáculos burocráticos.

«Incluso los permisos para aparcar nuestros coches con equipo en el centro de la ciudad histórica son importantes para ahorrar el tiempo y las fuerzas», explica Yuriy. Otro inconveniente está relacionado con el uso de los drones. Estos permiten obtener miles de imágenes de alta calidad desde diferentes ángulos de los monumentos. Se utilizan para el reconocimiento y también para detectar objetivos potenciales para la artillería. Es natural que los drones que vuelan alrededor de edificios valiosos provoquen una reacción instantánea entre los transeúntes. Yuriy dice que incluso en Leópolis, a unos mil kilómetros de la línea del frente, su trabajo atrae espectadores cautelosos que exigen saber qué está haciendo. Más que un inconveniente, es una señal de la seriedad con la que los ucranianos se toman su herencia cultural en la lucha por la preservación de su identidad.

Una persecución que continúa en internet

►La guerra cibernética es parte de la agresión rusa en Ucrania. Las colecciones digitales son un objetivo. En marzo, los piratas informáticos atacaron y destruyeron el archivo «Folk-Ukraine», que contenía una gran colección de canciones populares de Ucrania. Del 14 al 20 % de las web de instituciones culturales en Ucrania no están operativos y su información peligra. El almacenamiento seguro es crucial, lo que llevó a la Universidad de Harvard y la de Alberta en Canadá a ofrecer sus almacenamientos en la nube de forma gratuita para alojar el patrimonio ucraniano digitalizado.Una asociación de 1300 bibliotecarios y voluntarios bajo el paraguas de SUCHO ha estado escaneando, primero manualmente y luego mediante un procedimiento automatizado, y registrando todos los sitios web de los museos ucranianos y otras instituciones culturales para evitar que desaparezcan para siempre.