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La Reina Sofía preside la noche más española del Carnegie Hall de Nueva York

El Teatro Real desembarcó en la ciudad de Nueva York con el primer concierto de su orquesta titular en la mítica plaza, donde brillaron Javier Perianes al piano y la soprano Sabina Puértolas
Ángel ColmenaresEFE
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Sube Viggo Mortensen unas estrechas escaleras. Al otro lado de la puerta, el silencio, la clase y la raza de Mahershala Ali, el pianista Donald Shirley en la ficción y uno de los moradores más míticos del ídem Carnegie Hall de Nueva York. La escena es de “Green Book” (2018), quizá uno de los últimos ecos en la memoria colectiva de la sala de conciertos con más solera de Manhattan y, desde anoche, última frontera para la orquesta titular del Teatro Real. Allí, en pleno corazón de la Gran Manzana, S.M. la Reina Doña Sofía presidió el desembarco de la institución con un espectacular concierto bajo la batuta del maestro Juanjo Mena, Javier Perianes al piano y la soprano Sabina Puértolas.
El mismo escenario que ya pisaron antes Chaikovski, Judy Garland o The Beatles fue testigo de una programación entregada, como no podía ser de otra forma, a los autores españoles: obras de Manuel de Falla, Isaac Albéniz, Amadeo Vives, Pablo Sorozábal, Federico Chueca y Gerónimo Giménez se fueron intercalando de manera dinámica, siempre de menos a más y a un público deseoso de celebrar la cultura. Si bien la acústica del recinto no parecía la mejor para este tipo de interpretaciones, la predisposición de cita grande de la orquesta hizo las veces de amplificador. Y, de hecho, se alcanzaron momentos brillantes al acercar el repertorio a “El sombrero de tres picos”. Antes, el detallismo lírico de la programación se había hecho verbo gracias a la orquestación de Enrique Fernández Arbós de la suite “Iberia”. Tal y como recordó Juan Matabosch, director artístico del Teatro Real, en la rueda de prensa de presentación del acto, fue realmente Fernández Arbós quien acabó dando cuerpo a la Sinfónica de Madrid, sirviendo su recuperación como una especie de homenaje implícito, de círculo cerrado.
Una idiosincrasia musical
En el anecdotario quedará el intermedio de la función, en el que se produjo un retraso significativo en el regreso del público a sus asientos que el director de orquesta supo manejar con brío y presencia escénica, como si estuviera contestando con gracia a ese “música de España, gente de España, tiempos de España” que se pudo oír en el patio de butacas. Y es que más allá de la enmienda histórica, la visita de la orquesta del Real se justifica por el 40.º Aniversario del hermanamiento entre Madrid y Nueva York, motivo por el que también asistió al concierto el alcalde José Luis Martínez-Almeida, quien mantuvo un encuentro previo junto a la reina emérita y Eric Adams, su homónimo en la ciudad estadounidense.
Así, entre autoridades, códigos de etiqueta y unas paredes míticas, alrededor de 2.000 personas asistieron al que quizá fue el punto álgido de la noche, cuando Sabina Puértolas vistió de brillantes para interpretar “Me llaman la primorosa”, de “El barbero de Sevilla”. Diva entregada, la soprano fue capaz de leer la sala en la magnitud del evento y ofrecer no solo una versión sólida de la pieza, sino también le supo imprimir una teatralidad inmersiva, como tirando abajo las paredes del gatekeeping que, por momentos, siguen atenazando a la clásica sobre todo más allá de las fronteras de Europa.
La herencia española
Las celebraciones de lo español en Manhattan, eso sí, habían comenzado un día antes. Aprovechando que Estados Unidos arranca esta semana su mes de la Herencia Hispánica, el Teatro Real dio el pistoletazo de salida a la gira de “Authentic Flamenco”, que recorrerá la propia Nueva York, Washington y Dallas con más de 50 funciones protagonizadas por el bailaor Amador Rojas y Yolanda Osuna. El primero de los conciertos se ofreció en la noche del 14 de septiembre, en las instalaciones del Lower East Side de la Fundación Ángel Orensanz, dedicada al mecenazgo artístico.
Según explicó Ignacio García-Belenguer, director general del Teatro Real, en rueda de prensa, esta internacionalización del proyecto solo comienza a dar sus primeros pasos, ya que en el futuro se esperan giras de igual relevancia en Brasil o India. Del mismo modo, y al ser cuestionado por el expansionismo de la institución para países con democracias no homologables como China o Catar, Gregorio Marañón, presidente del Real, respondió meridiano: “De todos los países, solo un 30% se consideran democracias plenas. No podemos supeditar la expansión de la cultura y el crecimiento internacional del Teatro Real a cuestiones políticas”.