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“Cliff Walkers”: Zhang Yimou tiñe la nieve de puro cine negro

El maestro oriental, director de éxitos como “Hero” o “La casa de las dagas voladoras”, vuelve al thriller con una película consagrada a “los héroes de la revolución” china
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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No hay que engañarse. Alinearse con el oficialismo político facilita siempre las cosas. Puede ser de manera «light» y consciente, como en nuetro país, para contar con el beneplácito de los movimientos sociales. Puede ser por una cuestión legal y censora, como la tendencia conservadora que ha ido adquiriendo el cine de Asghar Farhadi en Irán. Y puede ser, claro, por pura convicción ideológica, como es el caso de Zhang Yimou en China. Tras firmar la cinéfila y onanística «Un segundo», el maestro oriental ha querido volver al thriller con «Cliff Walkers», una intriga de espías en la que viaja hasta la Manchuria ocupada por los japoneses allá por la década de los treinta.
El hombre tóxico
«Las películas históricas tienen una sutil influencia sobre la forma en que las personas interpretan el momento actual. He filmado muchas películas históricas, todas con sus particularidades, y me resulta difícil sintetizar lo que pueden decir del momento actual», esquiva con precisión de espía el director en el cuestionario por el que responde a LA RAZÓN. Y así, en su nuevo filme, Yimou nos cuenta la historia de un grupo de agentes chinos, educados en el comunismo soviético y que bien pueden interpretarse desde la batalla cultural e ideológica contemporánea. «Siempre tomo la decisión de grabar una película al azar según los guiones que tenga a mano en el momento. No tiene nada que ver con sentir mayor afinidad por un tema», insiste inquebrantable, guardándose esa misma pastilla de cianuro que portan sus personajes, arquetipos que oscilan entre el noir más –literalmente– polar y el «western», casi como en despedida del hombre tóxico y unidimensional del cine clásico.
Y así, para «Cliff Walkers», Yimou reconoce haberse mirado en la reciente «El puente de los espías», de Steven Spielberg, también en términos de reconciliación histórica, de memoria: «Este es un periodo de la Historia y revisarlo nos ayudará a evitar que se repita en el futuro. Desearía que, en adelante, los pueblos de China y Japón tengan una amistad que dure generaciones», completa.
Ahora con la nieve como atrezo, igual que lo fue la lluvia en la espectacular «Sombra» (2018), Yimou parece haberse entregado del todo a la espectacularidad que le hizo un nombre en el panorama cinematográfico mundial. De hecho, y al adaptar aquí a los personajes de una serie de televisión célebre en China, donde la cinta ha roto varios récords de recaudación, se despide analizando la posible explotación del fenómeno: «No rechazaría en absoluto rodar una serie para las plataformas de “streaming” siempre y cuando el guion me resulte interesante. Un director es una persona que cuenta historias. Si tienes la oportunidad, no tienes por qué ser purista en lo formal».