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Exposición

Cámara Leica, el siglo que se fotografió a sí mismo

Se exponen en Madrid hasta 174 imágenes realizadas con la marca que cambió la historia de este arte

Con tan solo un click se comenzó a ver la vida de otro modo. Sin poses impostadas y mayor albedrío. Con más cercanía y menor escrúpulo. Nació un nuevo concepto de fotografía, unos apenas 400 gramos que fueron capaces de captar las imágenes más icónicas del último siglo. La cámara Leica cumple cien años como producto, pero la idea es anterior. Fue en 1914 cuando el alemán Oskar Barnack, que trabajaba en la fábrica de Ernst Leitz, creó el primer prototipo de su «Ur-Leica», en un inicio bajo el nombre «Lilliput». «Pero empezó la Primera Guerra Mundial y eso impidió que el diseño pasara a producirse», explica Andreas Kaufmann, presidente y accionista mayoritario de Leica. Fue en 1923 cuando tanto Leitz como Barnack asumieron el riesgo pese a una época convulsa y decidieron continuar con un proyecto que podría erigirse como el testigo clave de cada acontecimiento. Y así fue. En 1925 salió al mercado el primer modelo de una cámara que cambió la historia de la fotografía para siempre y, con ella, la de la intimidad.

La exposición sobre la historia de la cámara Leica abre hasta el 11 de eneroBrian Hallett

La Leica de Barnack fue un cambio de paradigma. Hace un siglo, para hacer una foto «había que tener una zona de estudio, un trípode grande, con apenas movimiento», apunta Javier Liedo, director general de Leica Camera Iberia. Hasta que esta cámara compacta de 35 mm permitió al fotógrafo sacar su lado nómada, captar lo que sucedía en la calle y diferenciarse a la hora de expresarse. Y así ha sido hasta hoy de la mano de Robert Capa, Sebastião Salgado, Eliott Erwitt, Jane Evelyn Atwood o Ralph Gibson.

Hilo emocional

Trabajos de algunos de los nombres citados forman parte de una exposición que llega a Madrid a modo de celebración. El Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa acoge hasta el 11 de enero «Leica. Un siglo de fotografía», muestra que reúne 174 imágenes realizadas con dicha marca de 1925 hasta hoy, y entre las que se incluyen fotografías de casi una treintena de autores españoles. «No sólo queríamos mostrar las más famosas e icónicas», explica la comisaria, Karin Rehn-Kaufmann, refiriéndose a instantáneas presentes en el recorrido, como el retrato del Che Guevara de Alberto Korda o «La niña afgana» de Steve McCurry. Lo que han buscado para rendir homenaje a este centenario ha sido mostrar fotografías Leica que trasladan al espectador «momentos personales, sorprendentes y llenos de intimidad. Nuestra selección no es estrictamente cronológica, sino que sigue un hilo emocional. Por eso nos centramos en la voz visual única de cada fotógrafo», añade la comisaria.

La muestra incluye imágenes icónicas como la del retrato del Che GuevaraBrian Hallett

Antes de que los «smartphones» y las redes sociales arramplasen con unas herramientas absolutamente enemigas de la intimidad, la fotografía ya estaba por todas partes. En cualquier parte había un objetivo: en guerras, fiestas, paisajes, escenas callejeras... La sociedad ha ido evolucionando, y Leica, además de retratarla, también se ha ido adaptando a ella. La de la fotografía, asegura Andreas Kaufmann, «es una ciencia compleja, difícil. A lo largo de estos 100 años se ha realizado un arduo trabajo de investigación para poder mostrar el ojo de fotógrafos y videógrafos».

Fue así como Leica arrancó en los 60 con dispositivos electrónicos y en 2007 aterrizó en el mundo del «smartphone», «porque ya veíamos venir el futuro. Hoy se dice que todo el mundo puede ser fotógrafo, y cada imagen que tomamos supone un inicio de viaje en el que Leica quiere participar», añade el presidente.

Y toman los avances como oportunidades, nunca como amenazas. «Siempre miramos al futuro para tener siempre productos que puedan centrarse en líneas más antiguas, pero también de otro tipo, de manera que los fotógrafos puedan crear a su manera sus momentos especiales», asegura Kaufmann, a lo que Matthias Harsh, CEO de Leica Camera AG, se suma lanzando un mensaje claro: «Leica está viva porque la fotografía está viva. Oímos que el teléfono inteligente se va a cargar el negocio de la cámara tradicional, pero estamos comprobando que esto no es así». De hecho, salgan a la calle y observen. Por muchos clicks que se realicen a diario, siguen brillando aquellos que buscan la calidad y la unicidad desde la belleza.