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El pintor Roberto Fabelo revela el espíritu quijotesco de sus dibujos en el Cervantes

El Instituto abre una exposición, "Grafomanía", que expande la inspiración literaria de su obra, de Macondo a la Mancha, hasta los antiguos maestros de la pintura

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Con el título de "Grafomanía", el cubano Roberto Fabelo alude a una doble pasión: dibujar y la literatura. Ese es el nombre de la exposición que acaba de inaugurar en el Instituto Cervantes y que recoge medio centenar de obras del pintor, gran parte de ellas con referencias al mundo literario de escritores como Gabriel García Márquez o Miguel de Cervantes, así como de otros artistas como Goya o El Bosco.

La muestra, que estará en la sede del Cervantes en Madrid hasta el próximo 11 de mayo, abarca cerca de diez años de producción de Fabelo, incluyendo numerosos dibujos sobre papel impreso que ponen de relieve el «rasgo como ilustrador casi libérrimo» que ha caracterizado a este pintor, quien desde el inicio de su carrera ha usado diferentes superficies para sus obras.

«Los dibujos de Fabelo están llenos de literatura y sus arrebatos apuntan a la meditación, a lo más profundo de lo humano y a lo onírico como forma de conocimiento», ha explicado el director del Instituto, Luis García Montero, durante la inauguración.

Para García Montero, esa idea de recuperar lo onírico y lo imaginario establece conexión con la obra de Cervantes, quien a través de «un buen loco como Quijote ayudó a reconocerse como seres humanos». «Esta exposición nos obliga a imaginar, pero no nos hace perder los papeles, sino para reencontrarnos con nosotros mismos», ha asegurado.

Desde huesos hasta la carne (para tatuajes), pasando por cafeteras, tickets de un bar, bolsas de avión o piezas de metal, el autor cubano reconoce que «todo sirve para que el impulso de dibujar no termine nunca». También el influjo de la literatura, en especial de obras de García Márquez, que están recogidas en esta exposición.

A lo largo de su trayectoria profesional, Fabelo estableció una gran relación con García Márquez, quien se mostró admirador de su trabajo, y de hecho recibió el encargo hace más de quince años de ilustrar la novela "Cien años de soledad" en una edición especial.

«A veces mis obras son evocaciones de personajes provenientes de la literatura, pero otras terminan saliendo piezas con protagonistas que ni yo mismo podría identificar», confiesa el autor. Macondianos, un dibujo creyón sobre papel kraft, es uno de los guiños de Fabelo al universo de García Márquez presente en «Grafomanía».

Esta pieza es una evocación de la novela del escritor colombiano en la que su «fantástica imaginación» queda reflejada a través de animales antropomorfos o cabezas cortadas. En el dibujo, una inscripción sobresale del resto: "Macondo-Guámiro", siendo esta última la ciudad cubana en la que nació Fabelo.

El formato elegido en esta sección es el papel Kraft, un soporte «humilde» que el autor aprovecha para romper los bordes y «representar así la crudeza» de sus obras de una manera más visible. «Es una muestra de la intimidad de mis truculencias y alucinaciones, pero a la vez un homenaje a la vida», ha reconocido el pintor.

Precisamente de este formato es también la obra Encadenado, en la que se muestra a una persona cubierta de cadenas casi hasta el rostro, en una idea que confronta a la sociedad con la «autocensura asumida» y la «responsabilidad personal». Cabezas cortadas, hombres con rostro de pájaro o sirenas son algunos de los personajes del imaginario fabeliano.

Venganza es otro ejemplo de ello, una obra en papel Kraft en el que la «acción depredadora del hombre» respecto a la naturaleza queda simbolizada a través de grandes pájaros que confrontan a las personas (e, incluso, algunos las devoran). «Muchos de estos dibujos no tienen explicación lógica o racional, son simplemente elementos fantásticos que confrontan con la realidad», ha señalado.

Un rinoceronte de casi dos metros de altura

Asimismo, hay en este apartado otra mirada literaria: Metamorfosis, en alusión a la obra kafkiana, donde se puede observar el famoso insecto de la novela representado con dos cabezas humanas. En la muestra hay una pieza inédita, un rinoceronte ilustrado de casi dos metros de altura, que preside la entrada a la sala de exposiciones del Cervantes. «El rinoceronte es un objeto apasionado de muchos artistas y yo hago la catarsis de usarlo como lienzo», ha explicado Fabelo, que vuelve a traer a España este animal ‘mágico’.

En 2023 ya preparó una intervención artística en Zaragoza, con su instalación Liderazgo, conformada por 21 rinocerontes de tamaño natural. En el caso de la obra expuesta en el Cervantes, la pieza contiene versos o pensamientos breves de distintos poetas, entre los que se encuentran el propio García Márquez, Rafael Alberti o Borges.

Dibujar «como respirar»

El formato predominante en "Grafomanía" es el dibujo sobre papel impreso (un total de 20 piezas). «Hacer estos dibujos se ha convertido en una manera de respirar, fluir y dar una respuesta a una necesidad que tengo desde niño. Casi diría que soy un vicioso, es una enfermedad», ha apuntado con humor durante la presentación de la muestra Fabelo, quien añade que la mayoría de estos papeles recogen «pequeños momentos» de su vida.

«Siempre he sentido reverencia al dibujo y a los más grandes de esta disciplina. Y, sin duda, el más grande de todos ha sido Goya, un ejemplo de grafómano», ha indicado. No obstante, entre sus influencias ha citado además a El Bosco o Leonardo Da Vinci, otros artistas apasionados de este formato.

También están expuestos en la pared de la sala cuatro dibujos hechos sobre metal. «Es uno de mis soportes preferidos, en especial el de los calderos usados para la cocina y que han pasado por el fuego, la brasa y el carbón. Hay ahí una vitalidad tremenda, aunque cuesta trabajo porque es un objeto que ya tiene memoria», ha indicado.

Desde La lucha continúa (una escena de Hércules luchando contra una bestia) hasta el retrato de su mujer Suyu, montada en un gallo y ondeando una bandera cubana, son algunas de las obras que componen esta sección. Además, varios acrílicos sobre seda bordada se juntan con quince creyones sobre cartulinas, muchos de los cuales están dedicados a los "tiempos de pandemia". «La exposición no es una retrospectiva, porque es casi imposible hacer una selección de miles de dibujos que hay en archivo. Pero sí es una selección del trabajo de Fabelo», ha añadido el comisario de la muestra, Mario José Hernández.