España mítica
Castellón, entre leyendas y cuentos
Fuente de mitologías atávicas y mitos generados alrededor de su situación geográfica desde el medievo, la historia de la provincia sigue albergando diversos relatos
La costa de Castellón, desde la Plana hasta Peñíscola, es especialmente rica en leyendas que han fascinado la imaginación de muchas generaciones. Pero también su interior, notablemente el Maestrazgo, ha sido transitado por mitos y cuentos que hablan de su rica historia, desde la antigüedad al medievo, con santos, templarios y aventureros de todo tipo. Y es que la historia de la provincia está surcada por hitos imprescindibles, como los enclaves de los iberos, oppida que (como el Puig de la Nao, o el Puig Pedró), a lo largo de lo que hoy es la A-7, se construían en promontorios que permitían el control del territorio y de la costa y que hoy día siguen fascinando a los arqueólogos por todo lo que nos dicen de la compleja sociedad de este pueblo prerromano.
El apogeo ibérico, con sus mitos, dioses y rituales terribles, se atestigua en cuevas, poblados y piezas como la lámina de plomo del Pujol de Gasset. Castellón vivió también un momento intenso en la Edad Media, con la presencia musulmana que impulsó el desarrollo agrícola y urbano de la región, y especialmente también tras la conquista de Jaime I el Conquistador en el siglo XIII, que es cuando comienzan a crecer los núcleo urbano de Castellón y otras villas. En la Edad Moderna, el comercio marítimo, la producción de cerámica, el papel clave por su creciente industrialización y el protagonismo en las guerras carlistas, entre otros episodios intensos, han hecho de Castellón un lugar asendereado por lo mítico.
Entre los mitos y leyendas más conocidos de la provincia, entre Castellón y Benicarló, están los relacionados con el promontorio majestuoso de Peñíscola, residencia del Papa Luna y marcado por la Orden del Temple, como toda la provincia, que es materia de muchas leyendas sin par. Después de que Pedro Martínez de Luna sea nombrado papa de Aviñón como Benedicto XIII, y de que otro papa se instale en Roma y reciba obediencia apabullante, se produce el exilio a Peñíscola, donde se asienta la sede pontificia en ese mítico castillo. Tras la renuncia de su sucesor, el también aragonés Clemente VIII, se acaba con el Cisma de occidente, pero no con la fama misteriosa del lugar. Se dice que la fabulosa fortaleza alberga un dragón, que se supone que protege aún hoy el tesoro oculto de los templarios. Las tierras del Maestrazgo, con su temprana introducción del renacimiento merced a su privilegiada relación comercial con las ciudades-estado italianas, están marcadas por hitos imprescindibles de la historia del arte entre Sant Mateu y Morella, pero también de la narrativa mítica.
Morella sirve de emplazamiento de todo tipo de leyendas y tradiciones diversas, como la de la joven que sacrificó su vida para proteger la ciudad en uno de sus asedios o la de la resurrección de un niño que fue cocinado gracias a la intervención providencial de San Vicente Ferrer. En otros lugares del Maestrazgo nos esperan también tesoros escondidos y dragones, como en Cervera de Maestre: la presencia de los templarios ha hecho también que se extiendan ciertas historias acerca de túneles subterráneos y tesoros escondidos entre diversos lugares. Una ruta templaria y esotérica podría llevar por las provincias de Castellón y Teruel y nos conduciría por senderos tortuosos, desde el Bajo Maestrazgo, en la costa, al Alto: desde Peñíscola a Sant Mateu, luego a Culla, Benassal o Vistabella, y más allá hasta Cantavieja, Castellote o Mirambel, entre otros lugares: sería un recorrido apasionante por la historia y por el arte, pero también por la narrativa patrimonial y la oralidad.
Los cuentos y leyendas tradicionales en Castellón incluyen otras comarcas también, como Alto Palancia o la Plana: pensemos en lugares como “el salto de la novia”, en la Cascada del Brazal (Navajas), con la historia de una peligrosa prueba de amor a la que se sometían las novias: cruzar de un salto del río allí donde corría con gran fuerza, en una ceremonia de tintes iniciáticos que luego habría desaparecido tras el trágico final de alguna pareja. O La plana y Villafamés, con cuentos maravillosos como los de los gigantes Carrascal y Tombatossals (“tumba montañas”), con sus muchas aventuras, tirando la Roca Grossa por amor o combatiendo contra la corte feérica de las Columbretes.
Entre lo popular y la novela de 1930 de Josep Pascual Tirado, Tombatossals, es un personaje imprescindible para estos lares, típico del folklore, que encarna el poder de la naturaleza: como Bufanúvols, que crea tempestades al soplar, el forzudo Arrancapins o el escatológico Tragapinyols, todos nombres parlantes con muchos paralelos en los cuentos de hadas y en los argumentos universales (los ayudantes del príncipe, y otros…). Las aventuras de Tombatossals han pasado de generación en generación y se han convertido también en literatura, música y arte, desde la novela de Josep Pascual Tirado a óperas alusivas o una estatua en una de las plazas de la ciudad. En fin, Castellón es pura leyenda.