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Crítica de cine

Crítica de 'La vida de Chuck': Contengo multitudes ★★★★

Dirección y guion: Mike Flanagan, según un relato de Stephen King. Intérpretes: Tom Hiddleston, Jacob Tremblay, Benjamin Pajak, Chiwetel Ejiofor. USA, 2025, 111 min. Género: Drama.

Crítica de 'La vida de Chuck': Contengo multitudes ★★★★ X

“Yo contengo multitudes”. Este aforismo del “Canto a mí mismo” de Walt Whitman se convierte en el mantra de la fábula más singular, excéntrica y conmovedora que van a encontrarse en la cartelera. Esa declaración de principios no solo afecta al protagonista de “La vida de Chuck” sino a la propia película, que empieza como un desconcertante cuento sobre el fin de los tiempos, continúa como un musical con baile y remata como un ‘coming of age’ iluminador.

Esa estructura tripartita, que entiende la cosmogonía de una identidad como un palimpsesto de géneros, tiene una belleza extraña e insólita, irrespetuosa con los cánones del cine comercial al uso: por ejemplo, la ciencia-ficción apocalíptica termina con un “te quiero” quebrado por un corte de montaje, y el musical incorpora un número íntegro, en tiempo real, improvisado sobre la marcha para romper la continuidad del relato, a su vez acariciado por una hermosa voz en off, trabajada a partir del original de Stephen King, que recorre todo el metraje. Las “multitudes” que alberga Chuck (estupendo Tom Hiddleston) aspiran a materializar la riqueza de la vida de un hombre corriente, y a pesar de que, en su tercio final, la película tienda a recoger con demasiada evidencia las pistas que ha sembrado en su introducción, y que abunde en un buenismo casi capriano (una lectura deconstructiva, en clave multiversal, del espíritu de “Qué bello es vivir”), hay en ella una melancolía, una creatividad y unas ganas de contar y contarse absolutamente cautivadoras.

Lo mejor: Sus osadías narrativas, su originalidad, su amor por las mutaciones de los géneros.

Lo peor: El tercer acto recoge lo sembrado con exceso de celo por el planting.