Sección patrocinada por sección patrocinada

Crítica de cine

«Jobs»: La manzana de la discordia

Dirección: Joshua Michael Stern. Guión: Matt Whiteley. Intérpretes: Ashton Kutcher, Dermot Mulroney, Josh Gad, J. K. Simmons. EE UU, 2013. Duración: 128 minutos. «Biopic».

La Razón
La RazónLa Razón

«A la gente le gustan los símbolos. Escriben sobre símbolos», se defendía Steve Jobs en una entrevista publicada en Rolling Stone cuando se le increpaba sobre su obsesión por preservar su vida privada. Y «jOBS» trata a su biografiado como un símbolo, no como un ser humano. ¿Símbolo de qué? «No tengo fe en la tecnología. Tengo fe en la gente», decía en la misma entrevista. ¿Acaso Steve Jobs hablaba como en un cursillo para vendedores a domicilio? ¿Quizá patentó ese idioma, tan propio de memorándums y correos internos, que utiliza vacíos eufemismos para hablar de motivación y beneficios, en la línea de la jerga del Tercer Reich y la Solución Final? Sí, fue símbolo de la democratización de la era tecnológica, de la entrada de la informática en los hogares, de la necesidad de conjugar belleza en el diseño y practicidad en el uso. Agotado su valor simbólico y los rifirrafes entre el genio incomprendido y los malvados accionistas, ¿qué queda? Si «La red social» hacía el preciso retrato de un sociópata que ha convertido sus carencias emocionales en la revolución de los afectos virtuales, «jOBS» fracasa por completo a la hora de abordar los vínculos entre lo personal, lo creativo y lo empresarial. Mark Zuckenberg y Steve Jobs están en la misma liga, pero David Fincher y Joshua Michael Stern, no. Buena parte de la película, que abarca el periodo entre 1971 y 1991, descuida todo lo que ocurre fuera de las oficinas de Apple. Ashton Kutcher copia el modo de caminar de Jobs pero no es suficiente, porque nunca entendemos la disociación entre esa timidez robótica y la capacidad de seducción y el despotismo de este modélico emprendedor para con sus empleados. Por mucho que «jOBS» juegue a mostrarnos el lado hostil de su biografiado, la película no es más que un largo, largo anuncio cantando las bondades de Apple.