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Cine

"Cleo vendrá esta noche", y quizá también a los Goya

Aitana Ahrens y Miguel Guindos firman un retrato generacional sobre lo líquido en las relaciones afectivas contemporáneas

"Cleo no vendrá esta noche" / Aitana Ahrens, protagonista del multi-premiado cortometraje y co-directora del mismo junto a Miguel Guindos
"Cleo no vendrá esta noche" / Aitana Ahrens, protagonista del multi-premiado cortometraje y co-directora del mismo junto a Miguel Guindos ACAMPADA FILMS / CINÉTICA

Hay, en ese cine de guerrilla al que se ven abocados los talentos emergentes de nuestra industria, un regusto romántico que va más allá de lo artesanal de los medios o lo platónico de las expectativas. Más todavía, si cabe, en un proyecto como «Cleo vendrá esta noche», codirigido por Miguel Guindos (Madrid, 1997) y Aitana Ahrens (Madrid, 2000), que también lo protagoniza. Más todavía, porque con vocación «queer» y acabado preciosista, el cortometraje ha conseguido mirar de tú a tú a producciones con un presupuesto varias veces superior, ha trascendido desde la autofinanciación primigenia hasta la distribución internacional y se ha hecho con premios tan relevantes en la carrera por una opción al Goya como el de la Semana de Cine de Medina del Campo (de donde salieron varios de los nominados de este año).

«Se genera un ambiente de familia, se crece todo el equipo y todo el mundo tiene claro en qué dirección hay que remar, hacia dónde queremos ir. Incluso aunque los medios sean limitados», explica Guindos sobre el rodaje, antes de que Ahrens arroje luz sobre la bicefalia de una película que habla en zeta pero cuya subtextualidad bien podría ser universal, en clave costumbrista como de ligue baldío, o en lectura coyuntural de las experiencias afectivas más allá de la normatividad: «Queríamos hacer un corto que apelase a ese tipo de historias que apenas tienen hueco, sobre cómo vive una generación y también cómo es percibida», apunta. Y es que en su cortometraje, entre fiestas, luces estroboscópicas y mucho maquillaje de fantasía, la verdad se deja ver a través de «stories» de Instagram, silencios contextuales y gritos sordos contra la incapacidad misma de articular un discurso en torno al amor... o como quieran ustedes llamarlo para con el hoy en día.

Una nueva oportunidad para lo independiente

Desde Murcia, rodando un nuevo cortometraje, o desde Italia, dedicándose a una residencia artística, Guindos y Ahrens explican lo sorpresivo que se ha vuelto el éxito del cortometraje: «Tú al final lo que estás levantando es tu corto, tu historia, lo que quieres contar más allá de buscar resonancias específicas. Y es increíble la acogida que está teniendo, cómo está gustando», explican, justo en un año en el que ha cambiado la propia normativa de nominación de cara a los Premios Goya. Hasta el año pasado, los cineastas interesados podían inscribir su película y esperar que el comité de expertos de la Academia de Cine lo pre-seleccionara de cara a las nominaciones y, más tarde, al premio. Ese comité de pre-selección, ahora, pasa a mejor vida, aunque la rama de cortometrajistas seguirá votando en sistema preferencial (como también la de los documentalistas).

«Más allá de toda la experiencia, de cómo se está recibiendo el corto y, sobre todo, cómo está apelando a la gente, lo más bonito es que hemos podido rodarlo en un ambiente seguro para todo el mundo, algo que por desgracia no es todavía lo habitual en la industria», completa Ahrens, denunciando las situaciones de machismo sistemático a las que se enfrentan los colectivos vulnerables en el mundo del cine español independiente, por razón de género o condición sexual. La película, además de verse en el último Cinema Pride de Cineteca, continua su camino triunfal por los principales circuitos del país y, quién sabe, quizá invitándose también a la próxima ceremonia de los Goya.