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Teatro

Los "Diálogos de Oro" de Raúl Losánez

El dramaturgo y crítico teatral de este periódico dirige un original concierto dramatizado con textos del Siglo de Oro sobre el amor

Sonia de Munck, Miguel Huertas y Silvia Acosta
Sonia de Munck, Miguel Huertas y Silvia AcostaPablo Lorente

Cuando fundó la compañía La Otra Arcadia –agrupación teatral especialmente cuidadosa con la litúrgica estructura de la palabra poética– junto a Ana Contreras, Raúl Losánez ya tenía claro que una de las preocupaciones principales y de las líneas de actuación que ambos iban a considerar primordial se centraría en la presencia del diálogo real entre la música, el texto y la poesía, «porque nos parece que es algo de lo que adolecen muchos de los espectáculos actuales. Tienen una clara intención lírica y la música muchas veces la utilizan como un mero paréntesis», reconoce en entrevista con este periódico.

Abrazándose a esta premisa de creación intencionada, no resulta particularmente extraño que la principal decisión formal que el dramaturgo y crítico teatral de LA RAZÓN asume en uno de sus últimos proyectos nacido de la propuesta del Teatro de la Zarzuela, «Diálogos de Oro» -con el que se clausurará el Festival de Almagro el próximo 27 de julio- sea precisamente esta: la cohesión amalgamada de las mencionadas disciplinas hasta conseguir fundirse en una suerte de «concierto dramatizado, espectáculo poético-musical o fantasía lírica para soprano y actriz», tal y como define el propio Losánez en el dossier de la obra. En este caso, los textos de Lope de Vega, Leonor de la Cueva y Silva, Francisco de Quevedo, Teresa de Jesús, Garcilaso de la Vega, Catalina Clara Ramírez de Guzmán, María de Zayas o Marcia Belisarda –destacando de manera agradecida el predominio minuciosamente seleccionado de autoras– conviven en armónico ejercicio de coherencia narrativa con las canciones ya preexistentes de Granados o Toldrà, entre otros, gracias a la dirección musical de Miguel Huertas. "Lo que Miguel hace es maravilloso porque plantea en la propia evolución de la partitura un recorrido análogo al recorrido dramatúrgico, entonces igual que el estado de ánimo del actriz o del personaje que encarna la actriz y que encarna la cantante va evolucionando, la música también lo hace", apunta.

"Echo de menos dar a la poesía lírica el espacio que creo que puede y debe tener en un escenario"

Raúl Losánez

Cuando le preguntamos por una posible sobrerrepresentación actual del Siglo de Oro en el teatro, Losánez reconoce que es un periodo «muy presente afortunadamente en los escenarios: tenemos una compañía nacional de teatro clásico dedicada a ello, tenemos un festival maravilloso como es Almagro dedicado a ello y tenemos muchos otros festivales también del Siglo de Oro como puede ser Olmedo, Alcalá o Cáceres. Ahora bien, lo que creo personalmente que no está suficientemente representado en un escenario es la poesía lírica. En todos estos festivales que te he mencionado hoy prima el teatro dramático al uso, incluso en unos tiempos como los actuales en lo que cada vez están más interconectados los diferentes lenguajes, cada vez unos beben más de otros, están más relacionados, más fundidos. Echo de menos dar a la poesía lírica el espacio que creo que puede y debe tener en un escenario. No tanto llegar al espectador de acuerdo a los parámetros clásicos de la poesía dramática -que no dejan de ser los de la narratividad: planteamiento, nudo y desenlace-, como llegar desde un lugar que es puramente sensorial y emotivo, es decir, llegar a través de la emoción más que de la acción», revindica.

La celebrada soprano Sonia de Munck y la consolidada actriz Silvia Acosta consiguen ensanchar ese espacio hasta privilegiarlo del todo en «Diálogos de Oro» y lo hacen hablando de algo tan masticado y salvajemente inescrutable como el amor. El amor en todas sus formas, con todas sus texturas habitadas en silencio y sus códigos métricos adaptados a la contemporaneidad de las emociones presentes, desde todos sus ángulos invisibles y universales. Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo... ya saben.