Dolores Corbella ingresa en la RAE: "Ni la inmensidad del mar es obstáculo para la unidad de nuestra lengua"
La filóloga ha ingresado en la academia, donde ocupa el sillón de la d minúscula, siendo su antecesor Francisco Rodríguez Adrados
Madrid Creada:
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Dolores Corbella (Santa Cruz de Tenerife, 1959), ha ingresado este domingo en la Real Academia Española (RAE) para ocupar la silla d. En un acto celebrado en la sede de la academia, y después de que, en nombre de la corporación, el académico Pedro Álvarez de Miranda le diese la bienvenida, la filóloga ha leído el discurso "Un mar de palabras". Un título escogido debido a que "esos miles de voces que el español atesoró gracias a aquella primera globalización atlántica de hace algo más de quinientos años tuvieron unas consecuencias inimaginables, no solo en cuanto al enriquecimiento lingüístico, sino también por la aceptación implícita de una complejidad cultural que ha contribuido a conformar una lengua tan extensa y heterogénea". La filóloga ocupa, por tanto, la silla de la d minúscula, siendo su antecesor "D. Francisco Rodríguez Adrados, elegido miembro de la Real Academia Española el 21 de junio de 1990", recordaba Corbella.
Durante sus palabras, Corbella se ha referido, entre otros aspectos relacionados con nuestra lengua y su filología, a "los 'palacios de la memoria' de nuestra lengua", así como a la diversidad de la lengua española. "Frente a otras tradiciones europeas, la lexicografía española surgió con unos planteamientos muy amplios, abierta a la recepción de los usos provinciales, a los americanismos y a las voces de germanía", recitaba la filóloga. Una apertura que "produjo que, de una manera natural, se adoptaran nuevas voces o se adaptaran las tradicionales para nombrar otras realidades referenciales, sociales, económicas y culturales".
Corbella finalizaba su discurso explicando su compromiso con la RAE, el cuál "me permitirá continuar con esta tarea de seguir descubriendo y valorando la riqueza de una lengua tan extensa que, con el paso del tiempo, ha demostrado que ni tan siquiera la inmensidad del mar constituye un obstáculo infranqueable para su unidad". Unas palabras que remataba recitando un fragmento del poema "A la mar fui por mi voz", de Pedro García Cabrera, y en el que reflejaba firmemente la relación entre el mar y la palabra que orientó su discurso y que siempre ha definido su trabajo.
Doctora en Filología desde 1997, Corbella es catedrática de Filología Románica de la Universidad de La Laguna. Ha sido profesora invitada de varias universidades españolas y extranjeras, así como dirigió el Departamento de Filología Francesa y Románica del mismo centro. Con esto, su línea principal de trabajo ha sido el análisis del léxico dialectal. La primera publicación importante en esta línea de investigación fue "Tesoro lexicográfico del español de Canarias", publicado junto a C. Corrales y Mª Á. Álvarez. A partir de ahí, la filóloga ha sido coautora de diversos diccionarios que han profundizado en el conocimiento del habla del archipiélago canario.
Asimismo, la nueva académica es autora de más de 130 artículos de especialidad y de unas treinta monografías científicas. Su línea principal de trabajo ha sido el análisis del léxico dialectal formando, junto a Cristóbal Corrales, la llamada “escuela de lexicografía de La Laguna”. También ha sido coautora de obras como “Diccionario ejemplificado de canarismos” (2009), “Diccionario histórico del español de Canarias” (2001), “Diccionario de historia natural del ilustrado José de Viera y Clavijo” (2014) o “Tesoro léxico canario-americano” (2010).
Y ha realizado numerosos artículos sobre marcación diatópica, origen y documentación del vocabulario dialectal, así como sobre la presencia de préstamos en la historia del español (especialmente de galicismos y portuguesismos). En 2008 fue galardonada con el Premio de Investigación Canarias-América de la Casa de Colón; en 2011, junto a Cristóbal Corrales, recibió el Premio de Investigación Filológica de la Real Academia Española; en 2013 le fue concedido el nombramiento de miembro de honor del Instituto de Estudios Canarios y en 2016 recibió el Premio de Investigación del IUEM.
La RAE tiene un total de 46 sillas académicas, y, además de la “d”, actualmente se encuentran vacantes las letras “a”, “q” y “x”, cuyos anteriores titulares fueron, respectivamente, los filólogos Manuel Seco y Francisco Rodríguez Adrados y el poeta Francisco Brines.