"Un hípster en la España vacía": ocho apellidos progres
Lalo Tenorio y Berta Vázquez protagonizan "Un hipster en la España vacía", que se estrena en Prime Video y adapta la novela de Daniel Gascón
Madrid Creada:
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Ya han pasado diez años. Cuando Emilio Martínez Lázaro estreno "Ocho apellidos vascos", acaso la comedia que cambió el paradigma no solo narrativo sino también industrial del cine español, propiciando saltos desde la pequeña pantalla para epatar con la reunión familiar, pocos le auguraban éxito. Después de recaudar casi 80 millones de euros en todo el mundo, aquel filme se interpreta ahora como totémico, como un lugar seguro al que volver como fórmula del triunfo. Por eso, cuando se confirmó que el mismo director sería el encargado de firmar "Un hípster en la España vacía", adaptación de la novela homónima de Daniel Gascón, el interés de volvió a disparar. ¿Podía Martínez Lázaro volver a repetir el éxito de su comedia más taquillera, con una fórmula parecida, pero ahora haciendo humor político en la era del "streaming"?
Así es como este 27 de marzo se estrena "Un hípster en la España vacía" en Prime Video, con Lalo Tenorio y Berta Vázquez como ingenuos protagonistas y con un elenco de secundarios de lujo que completan Paco León, Macarena García, Tito Valverde o Miguel Rellán. "Me llevo bastante bien con la España vacía. Mi madre vive en Palencia y considero mío también el pueblo, necesito escaparme de vez en cuando. Acabas conectando por todos los lados", explicaba su protagonista a LA RAZÓN en el último Festival de Málaga, donde la película se presentó a competición y donde dio buena cuenta de ese espíritu de ocho apellidos "progres" al que intenta agarrarse para hacer comedia sin derrapar por las sensibilidades políticas de los espectadores.
"Gracias a este proyecto me he reconciliado con lo rural, con el concepto mismo del pueblo tras estar tantos meses allí rodando. He reconectado con ello, aunque siga siendo más de playa como el personaje", bromea Vázquez, que aquí da vida a casi la única persona joven que queda en un pueblo de la España profunda al que llega el personaje de Tenorio a sentar cátedra. ¿Por qué? Enviado por su partido, medio en serio medio como excusa del gran líder de su formación para robarle a la novia, su Quique tendrá la responsabilidad de adaptar las costumbres de la población a todo aquello que pasa por la Agenda 2030 y que se traduce, desde la comedia, en el impacto que el feminismo o la ecología tienen sobre las tradiciones de toda la vida. Así, y como elefante en cacharrería, el protagonista propondrá partidas de dominó igualitarias, un trato más justo a los inmigrantes que hay en el pueblo o una ganadería alternativa, "sin malas palabras ni especismo" hacia los animales.
"Más allá de lo político, hay algo en la condescendencia con la que se mira a lo rural que no entiendo, esto de respirar aire puro y demás. Vale, que sí, pero la gente trabaja también en estos sitios. No es aquello de estar dedicándose a hacer nada en una casa rural con amigos", explica un tenorio Tenorio al que Martínez Lázaro, ya rey de nuestra comedia de contrastes, saca de su faceta de guionista, cómico y monologuista para vestirle de protagonista de una comedia romántica. En esa duda constante, la que une a sus dos personajes principales, es donde "Un hípster en la España vacía" explota mejor sus virtudes, ciertamente más tibias y menos atrevidas cuando se trata de reírse de lo estrictamente político: "Yo es que creo que en España somos bastante menos políticos de lo que nos creemos. Nos implicamos lo justo y siempre que se trate de nosotros mismos, muy pocas veces mirando en relación a los demás", se queja Vázquez, antes de que añada su compañero: "Es una cuestión más relacionada con los valores que con las medidas específicas".