Mafia

Los ajustes de cuentas que habrían desatado la Matanza de San Valentín

En 1929 la banda de Al Capone llevó a cabo uno de los crímenes más sangrientos de aquella época repleta de mafia, peligros, contrabando e inseguridad

La escena de la matanza de San Valentín, en la que Al Capone mandó asesinar a siete hombres de una banda rival
La escena de la matanza de San Valentín, en la que Al Capone mandó asesinar a siete hombres de una banda rivalArchive

Chicago estaba acostumbrado a la delincuencia. Los disparos estaban a la orden del día y la mafia controlaba absolutamente todo movimiento de la ciudad. Eran los tiempos de la Ley Seca, del contrabando, del tráfico de armas, de los gorros y corbatas, del miedo infundado por los hombres de Al Capone. El 14 de febrero de 1929, Chicago vivió, quizá, su episodio más traumático y sangriento. Aquel día se volvió aún más un paraíso del crimen, pues se produjo un ajuste de cuentas entre dos de las bandas más peligrosas de la ciudad. Sonaron metralletas, se derramó sangre y la jornada pasó a la historia como la Matanza del Día de San Valentín.

Hace hoy 93 años, un Callidac negro aparcó frente al almacén de la SMC Cartage Company, en 2122 North Clark Street. Se apearon cuatro hombres vestidos de policía, quedando uno en el interior del vehículo. Sonaron las puertas del coche cerrando, y el siguiente ruido fue el de una serie de disparos. Las metralletas Thompson, así como escopetas y pistolas calibre 45, dispararon a sangre fría a siete matones que había en el interior del almacén, un ajuste de cuentas del que aún hoy no se conoce el motivo exacto. Se trata, de hecho, de uno de los crímenes más irresolubles de la historia.

En aquella época, en Chicago reinaban dos bandas: la de George “Bugs” Moran -lideraban la zona norte- y la de Al Capone -mandaban en la parte sur-. Según una hipótesis que se baraja hoy día acerca de por qué se produjo la matanza, se explica que todo comenzó con un intento de matar a Jack “Machine Gun” McGurn, uno de los miembros más destacados de la banda de Al Capone. Fue víctima de un atentado, lo que le enfureció y llevó a pedirle al jefe que le dejara llevar a cabo un plan para acabar con sus enemigos. Para ello, contrató a unos matones, que engañaron a los hombres de Moran y acabaron con ellos aquel 14 de febrero.

Portada de "Chicago Daily News" que cuenta los horrores de la matanza de San Valentín
Portada de "Chicago Daily News" que cuenta los horrores de la matanza de San ValentínArchive

Por su parte, existe otra teoría que implica a otro de los grandes de la mafia estadounidense: John Torrio, apodado “El zorro” y que fue mentor del propio Al Capone, así como líder del sindicato italoamericano del crimen organizado Chicago Outfit. Esta hipótesis también está relacionada con Dean O’Banion, quien era su principal enemigo y jefe de la zona norte. Éste habría estafado a Torrio medio millón de dólares en la compra de una fábrica de cerveza y había provocado su arresto. Por ello, ordenó el asesinato de O’Banion, tras lo cual escaparía y dejaría a Scarface al mando de todo. Por tanto, según esta versión de la historia, Al Capone habría ordenado la matanza en venganza por Torrio.

Las imágenes, en blanco y negro, fueron escalofriantes, tan impactantes que recorrieron el país entero en poco tiempo. Este sangriento capítulo conmocionó a la sociedad, así como captó la atención mediática. Según relatara la revista “Chicago Magazine” en 2010, George EQ Johnson, el fiscal del Estado que encarceló a Al Capone, calificó este episodio como “el crimen más espantoso de la espantosa historia criminal de Chicago”. Por su parte, David Stansbury, fiscal adjunto, sostuvo a la misma publicación: “Puedo nombrar 50 motivos para este crimen, pero ninguno destaca por ser lo suficientemente importante como para ser considerado la causa probable de estos asesinatos”.

James Clark -mano derecha de Moran-, Adam Heyer, John May, A. Weinshank, Frank Gusenberg, Peter Gusenberg y Robert Schwimmer murieron aquel día de San Valentín. Fueron las víctimas de la macabra felicitación de Scarface: “Parecía que la cabeza de la primera víctima hubiera explotado por el impacto de un cañón. Los tres cuerpos siguientes estaban de espaldas al suelo, con los ojos fijos en el techo. El quinto cuerpo estaba de rodillas, con la parte superior descansando en una silla reluciente del líquido carmesí que había escapado de sus venas”, escribieron William Balsamo y George Carpozi en el libro “La mafia de los primeros 100 años”.