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¿Qué fue el Catálogo Alfabético de Apellidos español?

La historia de los nombres en España cuenta con múltiples anécdotas

CATÁLOGO ALFABÉTICO APELLIDOS
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Existen millones de apellidos distintos en todo el mundo. Pese a ello, muchos se repiten por una serie de curiosidades históricas que convierten algunos segundos nombres en todo un icono de un determinado país como por ejemplo García en España.

Otros, en cambio, se deben a la llegada a un nuevo territorio por parte de un imperio y su posterior imposición de normas o costumbres. La conquista de Sudamerica por parte de Epsaña a partir del siglo XV supuso una total incorporación de algunos nombres y apellidos a la zona cuya permanencia continúa vigente hoy en día en muchos lugares.

Pese a que en España la historia de los apellidos cuenta con varios siglos de historia existe un documento que cambió por completo la forma de nombrar a las personas en otra parte del mundo lejana a nuestro país pero territorio durante años.

Filipinas fue territorio de ultramar español durante aproximadamente más de tres siglos. Entre 1565 y 1898 el archipiélago formó parte de los múltiples territorios pertenecientes al Imperio español dando lugar una de las curiosidades más extravagantes de la historia de los nombres y apellidos españoles en todo el mundo.

En la actualidad muchos filipinos todavía conservan nombres españoles. Esto suele estar relacionado a antepasados cuyo origen fue español aunque esto pudo no ser exactamente así y tener un origen en un curioso documento expedido en 1849 que cambiaría muchos documentos oficiales.

Ese año el Gobernador General Narciso Clavería y Zaldúa, Conde de Manila, tomó una decisión con gran relevancia histórica. El dirigente decretó la impresión del “Catálogo Alfabético de Apellidos”, un documento que trataba de crear una distribución sistematica de ls nombres familiares y la implementación de un sistema de denominaciones españolas en aquellos nativos de Filipinas.

Para ello, el libro recogió en 141 páginas más de 60 mil apellidos repartidos en seis columnas que contenían 72 denominaciones en cat plano. En ellas se recogían, así, aquellos segundos nombre más o menso de forma alfabética para que los filipinos escogiesen cual querían y poder realizar de una forma efectiva un censo de todos los habitantes.

Esto supuso un cambio total en los nombres de los nativos cuyo origen solía estar relacionado con la flora, fauna o geografía. Así, desde la orden del catálogo pasaron a tener dos nombres, algo que hasta la llegada de los españoles solamente era el principal.

Una de las mayores curiosidades, además, se daba en aquellos que aceptaban el cristianismo como religión. Estos empezaron a escoger apellidos de santos dando casos donde las familias contaban con distintas denominaciones debido a que los adultos tenían poder para escoger el que quisieran.